Mons. Arancedo: “La autoridad necesita humildad y sabiduría”
El prelado citó la frase “corruptio optimi pessima est” (la corrupción de los mejores es la peor), atribuida a Santo Tomás de Aquino, y planteó: “Cuando aquel que ocupa un lugar de autoridad no vive ni tiene una conducta moral en el ejercicio del poder, se convierte en un elemento destructivo para la sociedad”.
Tras explicar que la crítica de Jesucristo “no niega la autoridad, pero la define en términos de servicio y humildad”, precisó: “No se trata de llegar para instalarse y ejercer el poder, sino para ponerse al servicio. La actitud de servicio purifica al poder”.
“Jesús no enseña solo con un buen discurso, nos da el ejemplo con su vida. Este sentido de la autoridad como servicio lo vemos claramente en su testimonio al lavarle los pies a los apóstoles en la última Cena”, destacó, y recordó que el Maestro dijo en otro contexto: “No he venido para ser servido, sino para servir”.
“Cuando el ejercicio de la autoridad se desconecta del marco moral de los valores y de la actitud de servicio, se degrada y termina siendo un elemento nocivo que empobrece el nivel de encuentro en la sociedad. El buen ejercicio de la autoridad necesita, por ello, de humildad para ejercerla y de sabiduría para ser justa”, concluyó.+
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