El papa Francisco apeló a la canción “Arauca tiene una pena”, de Violeta Parra, para denunciar las injusticias históricas con los pueblos originarios de la región de la Araucanía, y recordó a "todos los que sufrieron y murieron" durante la última dictadura militar chilena, para quienes pidió un minuto de silencio.
Lo hizo al presidir la misa por el progreso de los pueblos en el aeródromo Maquehue (en mapudungún, lugar de maquis), en Temuco, en la que participaron mapuches chilenos y argentinos, a los quienes les pidió rechazar la violencia y dedicarse a la construcción de la paz.
"Esta tierra si la miramos con ojos de turista nos dejará extasiados, pero si nos acercamos a su suelo lo escucharemos cantar, y cantar con tristeza: Arauco tiene una pena/ que no la puedo callar/son injusticias de siglos/que todos ven aplicar", sostuvo al citar un párrafo de la canción del folclore chileno que hizo popular Parra.
https://www.youtube.com/watch?v=EIZIr9UeWlw
El pontífice inició su homilía saludando en mapuche: “Mari, Mari” (buenos días) y “Küme tünngün ta niemün” (la paz esté con ustedes) y concluyó con una expresión de deseo con frases en la misma lengua: “Buen vivir (küme mongen) como nos los recuerda la sabiduría ancestral del pueblo mapuche. ¡Cuánto camino a recorrer, cuánto camino para aprender! Küme mongen, un anhelo hondo que brota no sólo de nuestros corazones, sino que resuena como un grito, como un canto en toda la creación”.
Francisco se refirió también al aeródromo de Maquehue, al afirmar que allí se perpetraron "graves violaciones a los derechos humanos" durante la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
“Esta celebración la ofrecemos por todos los que sufrieron y murieron, y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias”, sostuvo, y por quienes pidió un minuto de silencio.
Durante el rito penitencial, comunidades mapuche con sus vestimentas, instrumentos y hierbas propios de su cultura efectuaron una rogativa. También se hicieron presentes con una plegaria en mapudungún en la oración de los fieles.
Obispo agradece la visita a esta “sencilla Iglesia de periferia”
Al finalizar la misa, el obispo de San José de Temuco, monseñor Héctor Eduardo Vargas Bastidas SDB, agradeció al Papa su visita a esta “sencilla Iglesia de periferia” y ratificó el compromiso de la comunidad diocesana a “servir y evangelizar en contextos con preocupante porcentaje de desempleo, de persistencia de la pobreza e inequidad, de desintegración familiar, y de serias tensiones políticas, sociales y étnicas”.
“Esto último dice relación con la situación actual del Pueblo Mapuche y la deuda histórica que el Estado mantiene con él. Animados por la fe, nos asiste la convicción que solo mediante el diálogo y la irrenunciable búsqueda de acuerdos, es posible iniciar un camino sin retorno hacia la paz por la justicia, tanto para este noble pueblo, como para el resto de la sociedad local en sus legítimas demandas y anhelos”, subrayó.
“Por ello, desde la experiencia del encuentro con Cristo, nos sentimos llamados a testimoniar la alegría de ser discípulos del Señor, y por haber sido enviados a esta Araucanía con el tesoro del Evangelio, que deseamos llegue a todos quienes están heridos por las adversidades”, agregó.+
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