Ante miles de personas congregadas bajo la lluvia en la Plaza de San Pedro, el pontífice rezó el Ángelus y recordó que el 1° de enero se celebra la Jornada Mundial de la Paz.
El Santo Padre abogó por un "mundo más solidario y acogedor" y manifestó que quería hacerse eco "de nuestros hermanos y hermanas que invocan para su futuro (de los inmigrantes y refugiados) un futuro de paz”.
"No apaguemos la esperanza en su corazón; no sofoquemos sus esperanzas de paz. Es importante que de parte de todos, instituciones civiles, realidades educativas, asistenciales y eclesiales, haya un esfuerzo por garantizar a los refugiados, a los inmigrantes, a todos, un futuro de paz", sostuvo.
En su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, difundido en noviembre, el Papa hizo un llamado a acoger a migrantes y refugiados, a considerarlos miembros de una única familia humana y a ayudarlos a alcanzar la paz y una vida digna.
Francisco estimó que "las migraciones globales seguirán marcando nuestro futuro" y afirmó que éstas son "una oportunidad para construir un futuro de paz", pese a que "algunos las consideran una amenaza".
"Los que fomentan el miedo hacia los inmigrantes, en ocasiones con fines políticos, en lugar de construir la paz, siembran violencia, discriminación racial y xenofobia, que son fuente de gran preocupación para todos los que se toman en serio la protección de cada ser humano", advirtió.
Francisco estimó que hay más de 250 millones de migrantes en el mundo, de los que 22,5 millones son refugiados, y destacó que todos ellos son personas que "buscan un lugar donde vivir en paz", por lo que "muchos están dispuestos a arriesgar sus vidas a través de un viaje que, en la mayoría de los casos, es largo y peligroso".
"Están dispuestos a soportar el cansancio y el sufrimiento, a afrontar las alambradas y los muros que se alzan para alejarlos de su destino", agregó.
El Papa aseguró que los gobernantes que "tienen una responsabilidad concreta con respecto a sus comunidades, a las que deben garantizar los derechos que les corresponden en justicia y un desarrollo armónico, para no ser como el constructor necio que hizo mal sus cálculos y no consiguió terminar la torre que había comenzado a construir".
"En muchos países de destino se ha difundido ampliamente una retórica que enfatiza los riesgos para la seguridad nacional o el costo de la hospitalidad de los que llegan", lamentó, y agregó: Una actitud que desprecia la dignidad humana que se les ha de reconocer a todos, en cuanto que son hijos e hijas de Dios".
Para ofrecer a los solicitantes de asilo, a los refugiados, a los inmigrantes y a las víctimas de la trata de seres humanos una posibilidad de encontrar la paz que buscan, Francisco considera que se requiere una estrategia que conjugue cuatro acciones: acoger, proteger, promover e integrar.+
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