“Hay una gran cantidad de cristianos que captan este tema de hecho, porque son pobres y a la vez solidarios. Ellos saben compartir”, destacó, y agregó: “También hay gente que posee muchos bienes, o bien que tienen conducción o poder y saben ser sencillos y entienden esto de ser pobres, siendo ‘pequeños’”.
En su carta semanal, el prelado señaló que “a estos les cabe la bienaventuranza de San Lucas en que el Señor los llama: ¡Felices! Por lo menos están haciendo una buena inversión futura, para asegurarse un lugar junto al Padre”.
Monseñor Martínez advirtió que “también están los que viven apegados al tener, acumulan sin compartir, creen que lo que poseen es solo fruto de sus manos y no reconocen la generosidad de Dios. Otros se ligan a conseguir poder, en el fondo para reemplazar a Dios”.
“En la raíz está el pecado de soberbia que es la madre de todos los pecados”, aseveró, e indicó: “A esta idolatría le cabe la otra parte de la bienaventuranza de San Lucas: ¡Ay de ustedes los ricos (o soberbios), porque ya tienen su consuelo!”.
“Solo cuando tenemos a Dios como absoluto podemos relacionarnos bien y construir un mundo mejor, pero cuando queremos ser como dioses nos transformamos en un problema, porque empeoramos todo”, concluyó.+
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