“Una vez más expresamos con mucha esperanza que cada vida tiene un valor infinito a los ojos del Padre, es un regalo de su bondad”, afirmaron, y llamaron a seguir el ejemplo de María, quien “salió aprisa a la casa de su prima Isabel” llevando en su seno la Vida. “También nosotros como Vida Consagrada cuidemos nuestra vida, la de nuestros hermanos, defendámosla y seamos sus servidores”, animaron, consagrándose con una oración a la Virgen de Luján.
Texto del comunicado
Queridos hermanos y hermanas:
Los miembros de la Junta Directiva de Confar apoyamos la defensa de la dignidad de cada persona ante tantas formas de esclavitud y de descarte. Así lo afirmaban los Obispos en la celebración Eucarística en Luján el domingo 8 de julio: La vida es puro don de Dios y por eso debe ser respetada, cuidada, defendida y servida.
¡Cuántas veces hemos reflexionado las palabras del libro del profeta Jeremías! “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había consagrado; te había nombrado profeta para las naciones” (1,5). Nos sentimos personas inmensamente amadas, pensadas por el Dios Amor desde toda la eternidad, con una misión, un proyecto que vamos descubriendo y construyendo en nuestro camino cotidiano. Por eso una vez más expresamos con mucha esperanza que cada vida tiene un valor infinito a los ojos del Padre, es un regalo de su Bondad.
Como María que ‘salió aprisa a la casa de su prima Isabel’ llevando en su seno la Vida, también nosotros como Vida Consagrada cuidemos nuestra vida, la de nuestros hermanos, defendámosla y seamos sus servidores. Que podamos cantar gozosos junto a Ella el Magnificat por las obras maravillosas que el Dios Amor hace en nuestras vidas y en la de tantos hermanos que se abren con una actitud de hospitalidad a acogerla en sus corazones.
Los invitamos a hacer nuestras las últimas palabras de la consagración del pueblo argentino a la Virgen de Luján:
“Madre de Luján, Tu Hijo, nuestro Amado Señor, nos ha entregado su Vida para que todos nosotros tengamos Vida en abundancia, danos un ánimo confiado, perseverante y lleno de valentía para ser sus discípulos-misioneros y defender la vida de cada persona, desde su concepción hasta la muerte natural, defenderla siempre y en toda circunstancia y que podamos hacerlo con claridad, firmeza y pasión hasta el final de los tiempos, cuando el Señor Jesús juzgue a todas las Naciones en el Amor. Amén.”
Junta Directiva de la Conferencia Argentina de Religiosos y Religiosas 16 de julio de 2018.
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