Mons. Arancedo llamó a “preparar el camino del Señor” sin dejar a nadie afuera

Mons. Arancedo llamó a “preparar el camino del Señor” sin dejar a nadie afuera

Santa Fe (AICA): “Es necesario en este ‘preparar el camino del Señor’ pensar en nuestras relaciones sin dejar a nadie afuera. Ciertamente debemos empezar por nuestras familias y relaciones más cercanas, pienso en el barrio, los amigos, la parroquia, el trabajo, pero también en aquellas otras personas, tal vez ocasionales en nuestra vida, pero que no lo son para Dios”, propuso a modo de camino espiritual y apostólico de este Adviento el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo.

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, consideró que durante el tiempo de Adviento, que prepara para la Navidad, los católicos “deberíamos preguntarnos qué significa en mi vida personal y en mis relaciones, preparar el camino del Señor.

”Puede ser útil en lo personal detenernos a meditar las bienaventuranzas, y hacerlo con el deseo de crecer en nuestra vida”, sugirió en su reflexión semanal, y agregó: “Es fácil conocer, incluso predicar las bienaventuranzas, pero no siempre hacerlas el principio que oriente nuestra vida”.

Tras sostener que “el Adviento es un tiempo oportuno para mirarnos en este camino que nos marca el Señor”, enumeró alguna de las bienaventuranzas para motivar una reflexión.

“Preparar el camino del Señor implica ver, decíamos, también nuestras relaciones. Estamos llamados a ser para nuestros hermanos testigos que allanen su encuentro con Dios; en un sentido podríamos decir que Él necesita de nosotros para llegar a mi hermano”.

El prelado exclamó “cuánta dignidad tiene el hombre en el proyecto de Dios”, por lo que consideró necesario en este “preparar el camino del Señor” pensar en las relaciones sin dejar a nadie afuera.

”Ciertamente debemos empezar por nuestras familias y relaciones más cercanas, pienso en el barrio, los amigos, la parroquia, el trabajo, pero también en aquellas otras personas, tal vez ocasionales en nuestra vida, pero que no lo son para Dios”.

Por último, monseñor Arancedo afirmó que “sentirnos protagonistas de este proyecto de Dios que hemos conocido en Jesucristo, es dar a nuestras vidas madurez cristiana, es decir, es ser ‘discípulos y misioneros’ del Señor. Este camino espiritual y apostólico debe estar presente en nuestro Adviento”.+
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