“Lo que más nos pide el adviento es que tengamos cuidado, que sepamos que somos peregrinos y estamos de paso, que en la tierra no tenemos morada definitiva”, dijo el obispo Frassia.
Monseñor Frassia recalcó que el caos, la desazón, las ansiedades, las angustias, y todo aquello que el hombre no puede controlar o dominar, muestran que el hombre no es un absoluto poderoso.
“El único poderoso es Dios. Nosotros somos una semilla, una participación, un atisbo de su grandeza. Quien tenga en claro la representatividad va a vivir en la verdad y en la responsabilidad”, concluyó el obispo. +
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