El obispo de Puerto Iguazú afirmó que durante el adviento, la Iglesia vive una espera en la que se exhorta a la penitencia y a la oración, como advertencia de que esta vida es pasajera y que el Cielo debe ser la meta.
“La Iglesia quiere que nuestro corazón, lleno de esperanza, perciba la alegría del encuentro definitivo con el Señor que vendrá en la plenitud de su gloria, pero también de su amor”, dijo monseñor Marcelo Martorell.
Luego, pidió que velemos y oremos para encontrarnos con aquel Señor que nos va a preguntar al final con cuánto amor vivimos en la vida presente.
“Él nos está dando la gracia para poder amar con la medida de su amor ¡Ánimo, esperemos la Navidad, con espíritu cristiano! Y que si viene el Señor nos encuentre haciendo el bien y amando a nuestro prójimo”, concluyó.+
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