Card. Grocholewski: “Un niño, un maestro, un libro, un lápiz, pueden cambiar el mundo"
Card.Zenón Grocholewski
Ciudad del Vaticano (AICA): “Un niño, un maestro, un libro, un lápiz, pueden cambiar el mundo. La instrucción es la única solución”, dijo el cardenal Zenón Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, citando las palabras pronunciadas en la ONU por Malala Yousafzai, la joven pakistaní, herida gravemente por los talibanes porque iba a la escuela con otras chicas, al presentar, esta mañana, en la oficina de prensa de la Santa Sede, el documento “Educar al diálogo intercultural en la escuela católica. Vivir juntos para una civilización del amor”, del dicasterio que preside.
Intervinieron en el acto, acompañando al cardenal Grocholewski, monseñor Vincenzo Zani, secretario del dicasterio de Educación Católica y el profesor Italo Fiorin, de la Universidad LUMSA, de Roma.
El cardenal Grocholewski recordó que, según los datos de la UNICEF en 2013, los niños y niñas que no van a la escuela en el mundo superan los 70 millones y que al 75% de los estudiantes de los países más pobres puede suceder que, a pesar de asistir durante dos o tres años a la escuela, no aprendan ni a leer ni a escribir, mientras en el planeta faltan 1.700.000 maestros para alcanzar el objetivo de una educación primaria calificada.
La Congregación para la Educación Católica une su preocupación a la de la comunidad internacional, convencida del papel insustituible de la educación para el futuro de la humanidad, la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad de los pueblos y, a lo largo de los años “dio un aporte específico profundizando algunos temas plasmados en los documentos ofrecidos a las Iglesias locales, a las congregaciones religiosas que se ocupan de la educación y a los organismos y asociaciones del sector”.
Esta vez el argumento elegido, educar al diálogo intercultural, es muy actual, aunque no nuevo. “Saben mucho de esto –observó el purpurado- las congregaciones religiosas masculinas y femeninas que desde hace años trabajan en realidades multiculares y multirreligiosas con experiencias encomiables de instrucción y formación. Sin embargo, en nuestros días, el fenómeno de las migraciones globalizaron tanto el multiculturalismo como la pluralidad de religiones, haciendo más necesaria una eficaz educación intercultural y, en ese contexto, la escuela católica está llamada a dar a las jóvenes generaciones los elementos necesarios para desarrollar una visión intercultural de la convivencia”.
Los principales destinatarios del documento son los padres “responsables primeros y naturales de la educación de los hijos”, y después los organismos que representan a la familia en la escuela, así como cuantos se ocupan en ámbito pastoral de la educación.
“Dada su amplitud -añadió- decidimos presentar el argumento en un cuadro más grande. Por eso la reflexión se extendió, por ejemplo, a la relación entre cultura y religión, entre religión católica y otras religiones, se dio espacio a la presentación de los fundamentos teológicos y se abordó la identidad de la escuela católica y de la comunidad educativa que tiene su fundamento en Cristo”.
“Esa identidad la sostiene la enseñanza de la religión católica, que se conjuga muy bien con el respeto de la libertad personal y de la formación continua de los dirigentes y docentes. La palabra clave que une todos los aspectos que se tocan en el documento es “diálogo”- El diálogo es la indicación del papa Francisco para mostrar cual debe ser la actitud de la Iglesia a la hora de afrontar cualquier situación en el mundo de hoy. Y para que la escuela católica desempeñe, con ese enfoque, un papel constructivo, no puede debilitar su identidad, sino al contrario, reforzarla, ni tanto menos su misión puede separarse de la evangelización”.
El objetivo final de la educación al diálogo intercultural -concluyó el purpurado- es la construcción de una civilización de amor. La civilización de amor, para los cristianos, no es una vaga solidaridad, sino que expresa la caridad de Cristo. Este es el servicio con el que las escuelas católicas, que buscan siempre conjugar la tarea educativa con el anuncio explícito del Evangelio, constituyen una contribución muy válida a la evangelización de la cultura, incluso en los países y ciudades donde una situación adversa nos estimula a utilizar la creatividad para encontrar recorridos adecuados”.
Diálogo intercultural
Por su parte el arzobispo Zani explicó que para elaborar el documento se tomaron contactos con diversos organismos, institutos religiosos, y diócesis para recoger experiencias concretas de educación al diálogo intercultural promovidas por instituciones católicas en diversas partes del mundo.
Por ejemplo, las propuestas didácticas llegas desde África, Amazonia y Perú, “comprenden una dimensión de ayuda al desarrollo y diversas iniciativas están destinadas a las niñas y jóvenes que, a menudo, se excluyen con más facilidad del sistema escolar”.
El prelado citó también las experiencia de “Escuelas para Europa”, comenzada en Bosnia-Herzegovina en 1995, después de la guerra de los Balcanes, cuando la diócesis de Sarajevo decidió abrir una escuela católica para acoger a chicos y chicas de diversas etnias y religiones.
“Este proyecto de escuela interétnica se multiplicó en todo el país y contribuye a la reconstrucción de la unidad en la sociedad con el desarrollo de una mentalidad pacífica y una formación integral que incluye el conocimiento del patrimonio religioso y la educación en los valores”.
También en Medio Oriente “45 escuelas católicas del Patriarcado latino, sin desalentarse ni por las bombas ni por la violencia, llevan a cabo un trabajo paciente y perseverante con sus alumnos de religiones y naciones diversas que aprenden a conocerse y a construir relaciones de respeto y amistad”.
“Cada una de estas experiencias –concluyó- demuestra concretamente como la diversidad de religiones, lenguas y tradiciones puede tratarse con atención y respeto, con verdadera caridad evangélica y convertirse en una autentica riqueza para cualquier grupo o individuo. En cada una de estas escuelas se ponen en práctica formas y medios con los que cada uno aporta los propios dones para construir “puentes de comprensión y paz y un destino fundado sobre el amor como ideal de realizar” +
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