Budapest (Hungría) (AICA): El sábado 7 de diciembre, en uno de los escenarios europeos de mayor prestigio, la célebre sala Bela Bartok del Palacio de las Artes de Budapest, la Orquesta Filarmónica de Zuglo con la dirección del maestro Balazs Kocsár, y cinco agrupaciones corales que se fusionaron para alcanzar una masa de 415 voces, entre ellas 180 niños, celebraron un concierto dedicado a la paz mundial y al papa Francisco. El concierto estuvo teñido de elementos interculturales inéditos, tales como la Misa Criolla y Navidad Nuestra, del compositor argentino, nacido en la provincia de Santa Fe en 1921, Ariel Ramírez. La novedad de este concierto estuvo en que dichas obras se ejecutaron, por vez primera, en sendas versiones para gran orquesta sinfónica realizadas por el músico argentino, también santafesino, Daniel Pacitti.
Presentada durante el período de Adviento, el citado concierto estuvo teñido de elementos interculturales inéditos, tales como la Misa Criolla y Navidad Nuestra, del compositor argentino, nacido en la provincia de Santa Fe en 1921, Ariel Ramírez.
La novedad de este concierto estuvo en que dichas obras se ejecutaron, por vez primera, en sendas versiones para gran orquesta sinfónica realizadas por el músico argentino, también santafesino, Daniel Pacitti.
En la noche del debut los solistas fueron: Istvàn Horvath (tenor); Zoltan Barki Fazekas (barítono); Zsuzsa Szalóky (piano); Amílcar Rafael Soto Rodríguez (charango, ronroco y guitarra).
Entre los asistentes al concierto estuvo el Encargado de Negocios interino de la Embajada Argentina en Hungría, Claudio Giacomino, quien hizo interesantes comentarios para AICA, que forman parte de esta crónica.
La Misa Criolla de Ariel Ramírez es, probablemente, el trabajo de extracción sacro-popular más famoso de la actualidad. Desde su estreno mundial en Düsseldorf, Alemania, en 1964, su popularidad y el éxito han crecido de forma constante. En cada adviento se la representa, con frecuencia junto con la Navidad Nuestra, del mismo compositor, en decenas de ciudades europeas.
El cultísimo público húngaro fue cautivado por la belleza de esta gran obra.
Sus armonías diáfanas que reflejan la inmensa aridez de tierras argentinas y sudamericanas se mezclan con ritmos tan nuevos como contagiosos que, magistralmente comprendidos por los cinco percusionistas de la orquesta, embelesaron a los oyentes desde el primer acorde.
Un párrafo aparte merece la excelente labor de los solistas Horvath y Barki (respectivamente tenor y barítono) y la gran masa coral que cantó con una precisión de afinación y dicción admirables.
El trabajo de Pacitti es mucho más que una mera transcripción. Sus orquestaciones y desarrollos se inspiran en el material temático de Ramírez la obra original.
Esta nueva orquestación logra darle un legítimo impulso a estas dos grandes creaciones de la música popular, abriéndole las puertas del repertorio de las grandes orquestas sinfónicas.
Al término de la Navidad Nuestra el público ovacionó largamente al compositor argentino presente en la sala.
Estas obras se presentarán en varias ciudades de Hungría en los próximos años, incluyendo un multitudinario concierto al aire libre.+
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