Buenos Aires (AICA): El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, compartió un mensaje para el cuarto domingo de adviento, próximos a la Navidad, en el que reconoció que la liturgia dominical invita a la oración y reflexión de la espera y expectativa por la venida de Jesús. El obispo animó a preguntarse si realmente existe el deseo de volver a Dios; advirtió que muchos no practican la fe y desconocen sus contenidos, insistió en que la fe necesita ser compartida y pidió el compromiso de todos para acercar a quienes no están en camino.
El obispo reconoció que este tiempo del año lleva a hacer balances. “Es importante evaluarnos y tratar de salir por un momento de tantas urgencias, para ver si ‘aquello que es importante’ como nuestros ideales y valores, así como la familia, la vida, la solidaridad… ocupan un lugar central en nuestro corazón”, explicó.
Monseñor Martínez insistió en que la Navidad es un tiempo de gracia que nos puede llevar a “volver a Dios”, aunque advirtió que no es fácil batir el “excesivo consumismo” de la época. “¿Cuántas familias se reúnen, festejan y se olvidan el sentido y el por qué del festejo? ¿Cuántos saludos de fin de año y deseos de felicidades, que siguen marginando a Jesús?”, dijo.
Si bien indicó que en Misiones “hay mucha religiosidad”, el obispo también advirtió que muchos no practican la fe y desconocen sus contenidos, insistió en que la fe necesita ser compartida y pidió el compromiso de todos para acercar a quienes no están en camino.
Monseñor Martínez también advirtió sobre el subjetivismo de la fe, que catalogó como una de las principales dificultades para volver a Dios. El obispo reconoció: “Cuando nos pasa esto es porque fuimos acomodando la fe a nuestro parecer, afectos y criterios. Es una tendencia fuerte este excesivo subjetivismo que nos lleva a adecuar la propuesta de Jesucristo, el Señor, a lo que nos parece y nos gusta en el momento, eludiendo aquello que nos enseña el Evangelio. Si bien es cierto que su propuesta habitualmente es exigente, tenemos la certeza que siempre el camino que Él nos propone lleva a la verdadera felicidad”.
El obispo animó a preguntarse si realmente existe el deseo de volver a Dios. “Volver a Dios –explicó-, implica revisar nuestras vidas, cambiar, arrepentirnos, potenciar nuestros dones y confiar que podemos mejorar. Volver a Dios requiere gestos concretos relacionados a Dios y a nuestros hermanos. También expresar nuestra fe en la participación de la Misa de Noche Buena o de Navidad. En poner un pesebre en nuestros hogares. En hacer la bendición de nuestra mesa familiar. ¿Rezar? Sí, rezar juntos”.
“Seguramente la oración nos permitirá descubrir un nuevo sentido al encuentro familiar y con amigos que realizaremos en esta Navidad. Reencontrarnos más profundamente con Jesús en el pesebre navideño nos permitirá reencontrarnos en la esperanza. ¡Les deseo una Feliz Navidad!”, concluyó.+
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