La Plata (Buenos Aires) (AICA): En su reflexión televisiva semanal en el programa Claves para un Mundo Mejor por el canal América TV, el arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, comentó el mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1° de enero de 2014, titulado “La fraternidad, fundamento y camino para la paz”. El arzobispo destacó que el Papa indica que “el corazón de todo hombre y de toda mujer alberga en su interior el deseo de una vida plena, de la que forma parte un anhelo indeleble de fraternidad que nos invita a la comunión con los otros, en los que encontramos no enemigos o contrincantes sino hermanos a los que acoger y querer”.
El arzobispo destacó que el Papa indica que “el corazón de todo hombre y de toda mujer alberga en su interior el deseo de una vida plena, de la que forma parte un anhelo indeleble de fraternidad que nos invita a la comunión con los otros, en los que encontramos no enemigos o contrincantes sino hermanos a los que acoger y querer”.
El prelado platense consideró que “la palabra clave de este mensaje del papa Francisco es fraternidad. Si no he contado mal, esta palabra aparece 41 o 42 veces, sin mencionar otros términos sinónimos, expresiones también que tienen que ver con la hermandad entre los seres humanos”.
Al respecto señaló que “el Papa hace notar la importancia fundamental de la fraternidad para la actividad humana en el mundo, para el desarrollo de la historia humana y, también es importante señalar, el fundamento teológico referido a la fe porque el mensaje va dirigido a todo el mundo pero de una manera muy especial a nosotros”.
Agregó que es importante que el Papa haga “referencia a la paternidad de Dios” que “se refiere al amor concreto de Dios por cada una de sus creaturas humanas”. Así como que “la referencia a la muerte y a la resurrección de Cristo tiene que ver con la creación de una nueva humanidad que debe ser fraterna: somos hermanos los unos de los otros. De aquí el papa Francisco saca una cantidad de consecuencias respecto de la economía, de la justicia social, de la paz, de la carrera armamentista, del cuidado del medio ambiente”.
De inmediato trasladó esto a la realidad nacional afirmando que “podríamos aplicar este llamado a la fraternidad, este recuerdo del valor fundamental de la fraternidad, a lo que pasa en la Argentina y a lo que ha pasado atávicamente en la Argentina porque en nuestra historia hay una inclinación permanente a la discordia, a considerarnos siempre contrincantes o enemigos”.
“Nosotros también somos hijos de Dios y creo que al comenzar un nuevo año tendríamos que reflexionar sobre esto: ¿Cómo hacer para que en la Argentina comience a insinuarse la fraternidad que nos una a todos? No solo como hijos de Dios sino también como habitantes de esta tierra, como depositarios de una historia y como protagonistas de un futuro que si lo encaráramos fraternalmente seguro que va a ser mucho mejor”.+
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