Ordenación episcopal de Mons. Pedro Javier Torres
La celebración tuvo lugar en la iglesia catedral de Córdoba, Nuestra Señora de la Asunción, con la presencia del nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, y numerosos obispos de la Argentina.
Monseñor Torres recibió el orden episcopal de manos del arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, quien actuó como consagrante principal. Co-consagrantes fueron monseñor José Ángel Rovai, obispo emérito de Villa María y monseñor Pedro María Olmedo Rivero CMF, obispo prelado de Humahuaca.
Unos 20 obispos de distintas diócesis del país concelebraron la Eucaristía y mostraron su cercanía al nuevo pastor: el cardenal Estanislao Esteban Karlic, arzobispo emérito de Paraná; los obispos de la provincia de Córdoba: monseñor Santiago Olivera, de Cruz del Eje; monseñor Gustavo Gabriel Zurbriggen, obispo prelado de Deán Funes; monseñor Aurelio José Kühn OFM, obispo prelado emérito de Deán Funes; monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, obispo de San Francisco; monseñor Eduardo Eliseo Martín, obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto; y monseñor Samuel Jofré, obispo de Villa María.
También concelebraron monseñor Marcelo Alejandro Cuenca, obispo de Alto Valle del Río Negro; monseñor José María Arancibia, arzobispo emérito de Mendoza; monseñor Raúl Martín, obispo de Santa Rosa; monseñor Carlos María Franzini, arzobispo de Mendoza; monseñor Carlos José Tissera, obispo de Quilmes; monseñor Gustavo Arturo Help, obispo de Venado Tuerto; y monseñor Alberto Germán Bochatey OSA, obispo auxiliar de La Plata.
En un clima de fiesta animado por el espíritu de amistad fraterna, participaron comunidades del ecumenismo y del diálogo interreligioso: musulmanes, entre ellos el Imán; representantes de la comunidad judía, de la Iglesia Apostólica Armenia, de la Iglesia Ortodoxa Griega, Pastores Evangélicos, Bahais, integrantes del Centro Ecuménico de Córdoba (COMIPAZ), del Episcopado (CEERJIR), y Centro Ecuménico del Chaco.
Se hicieron presente autoridades locales: la vicegobernadora de Córdoba, Alicia Mónica Pregno, el viceintendente de la capital cordobesa, Marcelo Cossar, el secretario de Cultura Municipal, Francisco Marchiaro, legisladores y miembros del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia. Sacerdotes del clero de Córdoba, de las arquidiócesis de Buenos Aires y Mendoza, y de las diócesis de San Isidro, Rafaela, Cruz del Eje, San Francisco, y Villa de la Concepción del Río Cuarto. También sacerdotes religiosos de distintas órdenes y congregaciones religiosas, algunos de los cuales viajaron desde Roma para acompañar al nuevo pastor; religiosas y religiosos de varias congregaciones; laicos, familiares y amigos que fueron un regalo en la vida y el servicio pastoral de monseñor Torres.
Homilía: de Pastor a Pastor
En su homilía monseñor Ñáñez reconoció el episcopado de monseñor Torres como un regalo: “El Señor nos hace hoy un nuevo regalo: el episcopado del Padre Pedro. Una preciosa ayuda para mi ministerio y para el de todos los hermanos sacerdotes; una valiosa ayuda para la comunidad arquidiocesana”.
Se dirigió personalmente al padre Pedro para destacar que el sentido más profundo del llamado del Señor está en responder como instrumento de su acción trasformadora: “Querido padre Pedro: el Señor te elige para que seas de un modo peculiar testigo suyo, de su bondad y misericordia, de su entrega y servicio. También vos, como el discípulo amado, tenés que ver y creer. Creer en ese Señor bondadoso y misericordioso que quiere entrar en el corazón de cada uno para “cenar juntos”. Más aún, Él te elige, te llama y te envía para que seas instrumento privilegiado de esa misericordia abundante y transformadora. Él te constituye hoy guía y pastor de su pueblo santo para que éste pueda vivir cada vez con más plenitud su vocación y dignidad”.
Además le recordó al nuevo obispo auxiliar lo que la Iglesia dice a los obispos en su liturgia: “El episcopado significa un servicio, no un honor, y es necesario que el obispo más que presidir sirva a sus hermanos, ya que según el mandato del Señor, el que es mayor hágase el menor, y el que preside sea como el que sirve”.
Agradecimiento al papa Francisco
El arzobispo de Córdoba reconoció con gratitud que la elección y la consagración de monseñor Torres es un gesto de confianza del papa Francisco, a quien también le reconoció que siendo Bergoglio arzobispo de Buenos Aires lo había atendido en momentos de dificultades en Córdoba. “En mi ministerio en Córdoba junto a momentos de honda alegría que he disfrutado con mis hermanos en la fe, no han faltado dolores e incomprensiones que nos han probado grandemente. En el momento más crítico de esas dificultades yo recurrí confiadamente a la ayuda fraternal del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, quien me atendió caritativa y delicadamente y me brindó su apoyo cálido y servicial”.
Sin ánimo de empañar las alegrías que regala el ministerio, monseñor Ñáñez invitó a monseñor Torres a “buscar y encontrar juntos, también con todos los miembros de la comunidad arquidiocesana, caminos superadores que nos permitan sanar heridas, reconciliarnos más hondamente y llevar adelante entre todos la hermosa tarea de edificar el Reino de Dios y de hacerlo siempre con ilusión, tenacidad, paz y verdadera alegría”, de cara al momento comunitario que se nos propone vivir en Córdoba en 2014.
María, compañera de misión
Finalmente, monseñor Ñáñez invitó a acoger este servicio en María como Madre: “Vos, querido Pedro, de un modo especial hoy, para que Ella siga cuidándote y acompañándote en tu ministerio que nosotros deseamos largo, fecundo y feliz”.
Palabras y gestos del nuevo pastor
Queridos hermanos: Gracias por estar aquí, por haber venido.
María, discípula y misionera, modelo de creyente nos ayude y me ayude a reconocer con mirada de fe el misterio de las gracias que estamos viviendo. Los invito a rezar, bajo tu amparo nos acogemos.
Pido prestadas a María sus palabras, “Mi alma canta la grandeza del Señor, mi espíritu se alegra en Dios mi salvador que ha mirado mi pequeñez (mi pequeñez también por mi escasa estatura) de servidor”. Mi cabeza y mi corazón han trabajado a mil revoluciones en este último mes y lo que vivimos me recordó una expresión que dio palabras a lo indecible:
A comienzos del siglo XX en varias disciplinas, desde filósofos a Freud y sociólogos como Rudolf Otto, se usó una expresión: “sentimiento oceánico”; Pablo VI –amigo del alma- le llamaba “sentido religioso”; Francisco “el Dios mayor”, Agustín en De Trinitate "el mar que no se puede vaciar"…. ¡Que nos envuelva el amor de Dios!, el abrazo, el rostro misericordioso del Padre revelado en el rostro de Jesús y que se nos comunica en el espíritu.
Estamos viviendo un paso de Dios y con estupor doy gracias, no hay palabras para esto, por eso recurrimos a los signos como la liturgia, como el escudo, como la presencia. Gracias.
Muchos me han dicho al saludarme ¿Qué dice tu mamá?, ¿qué diría tu papá? Les quiero compartir una oración que mi padre preparó pensando en los obispos, y que yo mismo acompañé a mi padre para regalársela al cardenal Primatesta, en la que escribió una síntesis que veo en sintonía con la invitación del papa Francisco, a quien agradezco su benevolencia y confianza en el señor nuncio presente. Gracias.
No empujando sino atrayendo,
no arriando sino siendo seguido,
poniéndose primero ante el peligro,
con solicitud y misericordia
con autoridad y delicadeza,
ASÍ APACIENTA YAHAVE.
Jefe y compañero,
Siervo y pastor,
Padre y hermano (amigo),
ASÍ ES YAHAVE
Socorro de las ovejas sin pastor,
Enviado a las ovejas perdidas,
Perseguido y herido por los lobos,
Jefe y guardián,
ESE ES JESÚS.
Señor y dador de vida,
Pastor soberano y verdadero cordero,
Modelo del rebaño y separador al atardecer,
ASÍ ES JESÚS.
Seguidora del único mediador,
Delegada en la función pastoral,
Conductora a las fuentes de la vida,
Inspiradora en el amor y el desinterés,
ESA ES LA IGLESIA.
Córdoba, mayo de 1976, domingo del Buen Pastor.
Recen por mí, porque esto me queda grande como el alba que me pusieron en la primera parroquia. Los invito a trabajar juntos, con mis hermanos sacerdotes, cuidar de los enfermos y los más necesitados. ¡Señor, que vea! ¡Señor, que podamos ver!
(Rosana Triunfetti)
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