San Miguel de Tucumán (AICA): En un artículo publicado en el diario La Gaceta, el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, alentó a “colaborar, con corazón abierto, en la construcción de un mundo diferente, más justo y más fraterno”, rogó a Dios que “ayude a que la Iglesia se comprometa cada día más con los pobres de toda pobreza y que pueda ser, de verdad, una casa para todos” e hizo “un vehemente llamado a la invitación del Santo Padre a salir de nosotros mismos, de nuestro encierro, de nuestro egoísmo para ir, precisamente, a toda periferia, a todo hermano que nos necesita y reclama, simplemente con su presencia, nuestra atención y cariño. Que dejemos nuestra comodidad y nos hagamos misioneros, ‘callejeros’ como nos pide el Papa y anunciemos a todos el gozo del Evangelio”. “Que el Príncipe de la Paz nos ayude a construir una Patria de hermanos en la que la justicia, la solidaridad, el compromiso ciudadano, la honradez, la solidaridad, aseguren una paz sólida, estable y duradera”, subrayó.
Sobre esta base, el prelado hizo tres breves reflexiones en Navidad.
“Con Jesús se hace presente el Señor de la historia. Esto genera esperanza, pero también un compromiso. Tenemos que colaborar, con corazón abierto, en la construcción de un mundo diferente, más justo y más fraterno. Que esta navidad, en este preciso momento de Tucumán y de Argentina, asumamos el compromiso de una colaboración solidaria con todas las estructuras sociales, con todas las instituciones y, muy especialmente, con los más pobres”, subrayó al explicar la primera.
“La segunda reflexión es esta: Jesús nació en la pobreza de un establo, porque no había para María y José un lugar en la posada. Nació, entonces, en la periferia; y murió, también, en la periferia, fuera de Jerusalén. Vivió pobre entre los pobres anunciándoles el Evangelio de la paz y, en los momentos cruciales de su vida, estuvo presente su madre, María. A ella le rogamos que ayude a que la Iglesia se comprometa cada día más con los pobres de toda pobreza y que pueda ser, de verdad, una casa para todos. La casa de Dios entre las casas de los hombres”, agregó.
En la tercera, el arzobispo tucumano hizo “un vehemente llamado a la invitación del Santo Padre a salir de nosotros mismos, de nuestro encierro, de nuestro egoísmo para ir, precisamente, a toda periferia, a todo hermano que nos necesita y reclama, simplemente con su presencia, nuestra atención y cariño. Que dejemos nuestra comodidad y nos hagamos misioneros, ‘callejeros’ como nos pide el Papa y anunciemos a todos el gozo del Evangelio”.
Monseñor Zecca imploró la bendición de Dios “para todos y cada uno de los tucumanos, cristianos, judíos, musulmanes, miembros de otras religiones, agnósticos, ateos, sin excluir absolutamente a nadie” y afirmó que rezaba por “todos” y a todos les deseó un futuro venturoso.
“Que el Príncipe de la Paz nos ayude a construir una Patria de hermanos en la que la justicia, la solidaridad, el compromiso ciudadano, la honradez, la solidaridad, aseguren una paz sólida, estable y duradera”, concluyó.+
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