San Isidro (Buenos Aires) (AICA): El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, reflexionó sobre un pasaje de la exhortación apostólica “Evangelii gaudium”, en la que el papa Francisco destaca que “la Virgen es la que puede convertir una cueva de animales en la casa de Jesús con unos pobres pañales y con una montaña de ternura”, y destacó la figura de María como constructora de la paz. El prelado pidió que “podamos vivir una Navidad auténticamente misionera y que al decir Feliz Navidad estemos verdaderamente saliendo de nosotros mismos para poder comunicar al corazón del hermano la esperanza y la alegría de Dios en medio de nosotros, del Señor en medio de su pueblo acompañando el camino de su pueblo.
“La Virgen puede construir la paz, puede construir la Iglesia: Nosotros estamos llamados a construir la Iglesia, a hacer juntos esta casa maravillosa que nos hace hermanos e hijos del Padre. Y al construir la Iglesia somos constructores de la paz”, subrayó en su mensaje de Navidad.
“Ella lo hace a partir de la cueva de animales, pero su esfuerzo hace posible que nosotros identifiquemos esa cueva, esa gruta, con la casa de Jesús. Y cómo lo hace. Con humildad, con unos pobres pañales. Y cómo lo hace. Con amor, con una montaña de ternura”, indicó.
El prelado sostuvo que “estamos llamados a construir la Iglesia. La carta del Papa nos habla del sentido misionero y el Niño nos llena de esperanza para ser mensajeros de su paz y para ser constructores de una Iglesia que tiene que ser transparente, que tiene que reflejar con mayor nitidez el rostro de Jesús”.
“Que ella que es la figura central del tiempo de Adviento. Que ella por quien nos viene Jesús. El mismo Papa llega a decir que ‘el pueblo lee en ella todos los misterios del Evangelio’. Este misterio profundo de la Noche Buena que nos lleve a tomar fuerzas en María para poder construir juntos la Iglesia con unos pobres pañales y una montaña de ternura, es decir, con lo que tenemos, con lo que tenemos delante, con lo que tenemos en el corazón, que es poquito, pero el Señor es capaz de multiplicarlo y hacerlo ilimitado”, indicó.
Por último, monseñor Ojea pidió que “podamos vivir una Navidad auténticamente misionera y que al decir Feliz Navidad estemos verdaderamente saliendo de nosotros mismos para poder comunicar al corazón del hermano la esperanza y la alegría de Dios en medio de nosotros, del Señor en medio de su pueblo acompañando el camino de su pueblo. Cree en nosotros Jesús. Confía en nosotros Jesús. Vuelve a comenzar el camino con nosotros”.+
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