La paz se construye con gestos cotidianos



San Isidro (Buenos Aires) (AICA): En un mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, que se celebra este 1° de enero de 2014, con el lema “La fraternidad fundamento y camino de la paz”, el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, exhortó a “estimular los pequeños gestos de paz, lo de todos los días, los cotidianos, los que pueden cambiar nuestro corazón para abrirnos al don de la paz. Los que pueden instalar la paz en nuestras familias, en nuestras relaciones más inmediatas, en nuestros vínculos más profundos, allí tenemos que sembrar la verdadera paz y allí comienza para el hombre la vivencia de la fraternidad”. Asimismo, deseó que “podamos ser mensajeros de la paz y antes abrir nuestro corazón para recibirla por este camino y fundamento de la fraternidad que es el que nos permitirá vivir este don en el cual la vida es posible, sin el cual respiraremos siempre esta atmósfera de violencia y entraremos en un círculo cerrado que nos ahogará y no nos permitirá vivir en libertad”.

El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, recordó que el lema de la Jornada Mundial de la Paz, que se celebra este 1° de enero de 2014, es “La fraternidad fundamento y camino de la paz” y destacó el llamado del papa Francisco a “salir de nosotros mismos y a vivir de un modo profundo la fraternidad”.

“El Papa nos recuerda a cada rato que somos un ser en relación, que nuestro destino es salir del aislamiento para ir al encuentro del otro. Nos habla continuamente de la cultura del encuentro y solamente así podremos construir verdaderamente la paz”, indicó.


Tras leer un texto de la carta del gozo del Evangelio, interpeló: “Cómo hacer de esta casa común más habitable. Cómo hacer posible una auténtica fraternidad”.


“Esta casa que es de todos, aunque seamos diferentes, aunque seamos distintos, aunque provengamos de distintas tradiciones, culturas, educaciones. Estamos en la casa común. Y la pedagogía de la paz nos enseña que llegar a esa fraternidad, a sentir al hermano como parte mía, es absolutamente necesaria para poder construir la paz. Cada pequeño gesto de acercamiento en el amor fraterno, cada pequeño gesto de ayuda, de apertura, de escucha, hace posible la paz”, subrayó.


Por esto, el prelado sanisidrense exhortó a “estimular los pequeños gestos de paz, lo de todos los días, los cotidianos, los que pueden cambiar nuestro corazón para abrirnos al don de la paz. Los que pueden instalar la paz en nuestras familias, en nuestras relaciones más inmediatas, en nuestros vínculos más profundos, allí tenemos que sembrar la verdadera paz y allí comienza para el hombre la vivencia de la fraternidad”.


Por último, monseñor Ojea deseó que “podamos ser mensajeros de la paz y antes abrir nuestro corazón para recibirla por este camino y fundamento de la fraternidad que es el que nos permitirá vivir este don en el cual la vida es posible, sin el cual respiraremos siempre esta atmósfera de violencia y entraremos en un círculo cerrado que nos ahogará y no nos permitirá vivir en libertad”.+



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