El prelado estuvo acompañado en estas actividades pastorales por el párroco de Nuestra Señora de Luján, presbítero Roberto González y el vicario parroquial, presbítero Walter Groh.
El sábado 31, desde muy temprano, llegaron a la sede parroquial familias de los 30 parajes que atiende la parroquia para celebrar el III Encuentro de las Familias Rurales.
Monseñor Barbaro presidió la misa e impartió el sacramento de la Confirmación a jóvenes y adultos. Seguidamente mantuvo una charla con jóvenes y más tarde con las familias. El obispo escuchó testimonios de catequistas, que "ante circunstancias adversas y situaciones difíciles, no esperaron a dedicar parte de su tiempo para que la Palabra de Dios y la preparación para recibir los sacramentos lleguen a cada rincón de la parroquia".
El domingo 1º de noviembre, el obispo se reunió con el Consejo Pastoral Parroquial. Allí escuchó el trabajo pastoral que se lleva adelante y brindó ideas para seguir colaborando y animando las diferentes áreas, pastorales y movimientos. Más tarde mantuvo un encuentro con fieles invitados abiertamente los días previos. Allí, monseñor Barbaro concientizó el sentido de la labor pastoral y animó a cada uno a ser un discípulo y misionero de Dios sea en la vida personal y familiar, sea en la comunidad parroquial. La jornada finalizó con la misa y la Confirmación de otra tanda de jóvenes que en los dos días sumaron un total de 200 personas.
En las homilías, monseñor Barbaro recordó el significado del sacramento de la Confirmación. Es un paso donde los cristianos se adhieren más a Cristo, se convierten en sus soldados para defender la fe y para vivirla con más profundidad y para transmitirla a los demás; para eso reciben también los siete dones del Espíritu Santo.
En consonancia con la celebración de la Solemnidad de Todos los Santos, recordó la importancia de profundizar el llamado a la santidad de todo bautizado, que consiste en un camino de parecerse más a Cristo, a pensar como Él, a tener acciones semejantes a las suyas y a sentir como Jesús.
Luego de la misa, adolescentes y jóvenes tuvieron la posibilidad de escuchar consejos del obispo. Los animó a soñar cosas grandes, a tener grandes ideales y a animarse a transformar el mundo. Para eso no están solos y cuentan con la ayuda de Dios, de su Palabra, de los sacramentos y de la oración.+
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