En la catequesis de la audiencia general, el pontífice deseó que en el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que comenzará el 8 de diciembre, “las familias descubran de nuevo el tesoro del perdón recíproco”.
Asimismo, rogó a la Virgen que “nos ayude a vivir cada vez más la experiencia del perdón y de la reconciliación”, dado que “las familias cristianas pueden hacer mucho por la sociedad y por la Iglesia”.
“La vida de las familias continúa y “es un ámbito para aprender a vivir el don y el perdón recíproco, sin el cual ningún amor puede ser duradero”, sostuvo.
Francisco recordó que en el Padrenuestro se reza: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
Tras subrayar que no se puede vivir bien sin perdonarse, aseguró que “todos los días nos hacemos daño de una u otra manera. Pero lo que se nos pide es curar inmediatamente las heridas que nos causamos y restaurar los vínculos que se han dañado”.
“No dejar que termine el día sin pedir disculpas, sin hacer las paces, de los padres entre sí y con los hijos, también entre los hermanos. Así el matrimonio y la familia se hacen una casa más sólida, resistente a nuestras pequeños y grandes errores”, afirmó.+
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