El martes 19 de julio, el grupo formado por unos 40 jóvenes porteños de las parroquias Nuestra Señora de las Nieves; San Pedro Apóstol; Jesús Sacramentado; San Isidro Labrador; Nuestra Señora de Luján de los Patriotas, Nuestra Señora del Valle y de la pastoral juvenil diocesana, se encontró con el Papa en uno de los salones en la Casa Santa Marta.
Al entrar al salón, Francisco invitó a los jóvenes a sentarse en el piso y, en ronda, compartieron unos mates. El encuentro duró unos 40 minutos en los que el Papa respondió preguntas de los jóvenes y charló con ellos.
“Nos recibió como si fuéramos a tomar mate, uno más de la casa. Nos sentamos en el piso. Fue siempre muy simple, muy sencillo, dispuesto a escucharnos, como uno más”, contó a AICA Ileano Glusko, de la parroquia Nuestra Señora del Valle, quien destacó “la sencillez, la humildad y la predisposición” del Santo Padre.
Los jóvenes le preguntaron sobre cómo descubrir a Dios en la vida cotidiana, cómo jugarse por la vocación, cómo superar la crisis de fe, y Francisco habló sobre la vida sacerdotal y religiosa.
“El Papa es muy contundente, expresivo, nos habló mirándonos a los ojos diciendo cosas que nos interpelaron mucho. Habló de la juventud, de las vocaciones, de las maneras y formas de ser cristiano”, relató Agustín Lanzetta de la parroquia Nuestra Señora de Luján de los Patriotas.
Lanzetta manifestó su alegría por este “encuentro íntimo” con Francisco y destacó “la naturalidad de la reunión, la cercanía y cómo el papa Francisco lo hace tan tangible a Dios a pesar de lo difícil que debe ser ‘el Papa”’.
“Sin embargo, Francisco entró y nos dijo: ‘Siéntense en el piso, tomemos unos mates y charlemos’, fue increíble. Nos habló con ese ejemplo y esa actitud de un Dios muy cercano, que nos acompaña cotidianamente y no es inalcanzable”, expresó.+
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