El voluntario argentino que leyó la primera lectura de la misa de apertura de la JMJ
Luego de mucha oración, Ezequiel Ifrán se animó a dar un sí más en su vida: viajar a Cracovia, Polonia por ocho meses para ayudar con la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud.
Es argentino de la diócesis de Quilmes, se prepara para el sacerdocio y trabaja como voluntario internacional en el Comité Organizador Local (COL) de la JMJ desde diciembre. Encargarse de seleccionar voluntarios extranjeros de corto plazo (aquellos que ayudan desde la semana previa a la Jornada), coordinar la logística e infraestructura para recibirlos, distribuirles su trabajo, responder sus dudas e inquietudes, fueron algunas de las tareas que tuvo que realizar. Un arduo servicio que obtuvo su recompensa: leer la primera lectura en la misa de apertura de la Jornada presidida por el cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia.
Al final de la ceremonia, Ezequiel corre al área donde están los peregrinos. Allí quedó en encontrarse con sus amigos de la diócesis, muchos de ellos voluntarios de corto plazo. Su sonrisa expresa su alegría y sus ojos paz no solo por volver a ver argentinos sino también porque sabe que estas tierras de san Juan Pablo II y de Sor Faustina Kowalska “les darán el gran regalo de aprender a ser misericordiosos y a confiar”.
“Siento tranquilidad porque todo está fluyendo. Sé que voy a volver a la Argentina fortalecido y sabiendo que en muchas cosas me superé a mí mismo. Estos meses fueron desafíos interesantes”, manifestó a AICA.
La incertidumbre y ansiedad de los primeros días cedió. Todo está en manos de Dios y de los patronos de la JMJ, san Juan Pablo II y sor Faustina Kowalska. El Papa ya llegó a Cracovia y esta tarde celebrará una misa con los jóvenes en el parque Blonia. El calor y el clima cambiante no importan para los jóvenes, quienes ya comenzaron la peregrinación al lugar de la ceremonia de bienvenida al Papa.
La JMJ desde el servicio
Unas manos azules saludan a los peregrinos desde que llegan al aeropuerto. Son los voluntarios internacionales que están desde la semana previa de la JMJ en Cracovia preparándose para recibir a los jóvenes que llegan.
Dan información, arman vallados humanos, ayudan a la prensa, colaboran en el Festival de la Juventud, sacan fotografías, reciben a los obispos, entre muchísimas otras tareas. El descanso es escaso para ellos pero aún así trabajan con una sonrisa.
“Para eso vinimos y rezamos. Queremos servir y unirnos, dejar de lado nuestro egoísmo y entregarnos a Dios. Tenemos muchas expectativas para estos días, pero lo más importante es que nuestra tarea esté cumplida”, cuenta María de los Milagros, una de las voluntarias argentinas.
Venidos de todas partes del mundo, se entrenaron durante una semana. Recibieron capacitaciones sobre normas de seguridad y sobre sus tareas específicas.
Son unos 90 los voluntarios argentinos que viajaron a Polonia. Algunos se conocían y otros no dado que vienen de diferentes lugares del país: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Corrientes, Entre Ríos, Catamarca, entre otros. Junto a más hispanohablantes disfrutan de la gracia de estar alojados en el centro Juan Pablo II. “Mandamos fotos a la Argentina y decimos: ‘Esta es nuestra familia de Polonia’”, cuentan emocionados por las “bendiciones” que están recibiendo estos días.
El domingo 31 de julio, los voluntarios de largo y corto plazo tendrán un encuentro con el Papa antes de que emprenda su regreso a Roma luego de la misa de clausura.+ (Felicitas Lozada Biedma).
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