“No es verdad que fui a los tribunales de Reconquista a hablar con el fiscal Rubén Martínez, solo fui a preguntar en donde estaba detenido el sacerdote para visitarlo, y pedir alguna información si era posible. Fue el fiscal el que salió a recibirme, y saludándome, incluso diciendo que tenía admiración por mi persona ya que fui obispo de esa diócesis por siete años, cosa que agradecí”, aclaró en un comunicado.
“En treinta años de sacerdote y veintidós años de obispo, nunca he hablado con jueces o fiscales sobre una causa concreta de un acusado, para no interferir en el trabajo de la Justicia”, sostuvo.
La acusación contra monseñor Martínez surgió a raíz de una visita que hizo a la ciudad santafesina, para buscar información sobre el sacerdote Néstor Monzón, detenido y acusado de abuso sexual a una menor de edad, a quien conocía por haber sido obispo de Reconquista.
Texto del comunicado "Sólo un breve dialogo casual y respetuoso con el fiscal"
“Ante una noticia proveniente de un medio de Reconquista-Santa Fe, sobre la manifestación del fiscal Rubén Martínez, quien ha expresado reiteradas veces que el día 20 de abril del corriente año, se sintió coaccionado y amedrentado por un diálogo que hemos tenido en el Tribunal de esa ciudad, manifiesto que nunca en este tiempo he contestado a algunas publicaciones de esta noticia para no entorpecer la causa y el trabajo de la Justicia. En esta ocasión lo hago porque han promovido que esta información llegue a la diócesis de Posadas.
“No es verdad que fui a los tribunales de Reconquista a hablar con el fiscal Rubén Martínez, solo fui a preguntar en donde estaba detenido el sacerdote para visitarlo, y pedir alguna información si era posible. Fue el fiscal el que salió a recibirme, y saludándome, incluso diciendo que tenía admiración por mi persona ya que fui obispo de esa diócesis por siete años, cosa que agradecí. Él se ofreció para aportarme información, obviamente manifestándole el dolor por la situación que se había generado. El diálogo fue cordial y de respeto. Me sorprendió que dos días después el fiscal dijera que lo amedrenté, cosa que no es verdad. Durante estos meses escuché amenazas sobre una supuesta denuncia que realizarían contra mi persona hecho que hasta el presente no ocurrió.
Toda esta mediatización que tergiversa raramente un diálogo ocasional y respetuoso, tenido con el fiscal, no le hace bien lamentablemente a la búsqueda de la verdad, y el deseo que tenemos de apostar al camino de una justicia transparente e independiente.
En treinta años de sacerdote y veintidós años de obispo, nunca he hablado con jueces o fiscales sobre una causa concreta de un acusado, para no interferir en el trabajo de la Justicia.+
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