El papa Francisco concluyó su segundo día de visita a Polonia, saludando desde la ventana del arzobispado de Cracovia a los fieles allí reunidos, tal como lo hizo la noche anterior y siguiendo con una tradición nacida con san Juan Pablo II.
El Santo Padre habló en español y dedicó sus palabras especialmente a los recién casados y los felicitó por el coraje, porque “no es fácil formar una familia”, como no lo es “comprometer la vida para siempre”.
Por ello les recordó las tres palabras que son importantes en la convivencia familiar: “permiso, gracias, perdón” e invitó a repetirlas en alta voz junto a él.
Y el segundo consejo fue: aunque hayan volado los platos nunca terminar el día sin hacer la paz. Porque la guerra fría al día siguiente es muy peligrosa. Y señaló que para hacer la paz basta un gesto. Para concluir invitó a rezar un Ave María, cada uno en su idioma por los que se van a casar y por los que ya lo están.+
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