Antes de llegar al Santuario el pontífice visitó la capilla del convento de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, y rezó ahí ante las reliquias de Santa Faustina Kowalska. Fue recibido por la superiora general y la superiora del convento de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia. Fuera lo esperaban unas 300 personas, entre ellos 80 chicas asistidas por la congregación religiosa, todos cantaban en español la conocida canción “alabaré”.
Una vez dentro de la capilla, el Papa se recogió unos minutos en oración silenciosa delante de la tumba de santa Faustina Kowalska, patrona de esta Jornada Mundial de la Juventud, canonizada el 30 de abril de 2000 por San Juan Pablo II. Sobre el altar de la capilla se encontraba una cruz de madreperla, un regalo del papa Francisco.
Culminada su oración ante las reliquias de la santa polaca, el Santo Padre rezó un Ave María junto a los presentes y firmó el Libro de Honor, escribiendo en español: “Misericordia quiero y no sacrificio” e invitó a los presentes a rezar juntos a la Virgen un Avemaría.
El convento de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia fue erigido a mediados del siglo XIX. Ahí vivió y falleció Santa Faustina. Entre 1999 y 2002 se construyó el nuevo Santuario de la Divina Misericordia, con una capacidad para 5.000 personas.
Desde ahí, el Santo Padre, en el papamóvil, recorrió unos metros y se dirigió al Santuario. Desde la terraza, saludó a los jóvenes reunidos en el “campo de la Misericordia” entre el santuario de la Divina Misericordia y el santuario dedicado a san Juan Pablo II. Antes de darles la bendición, les recordó que el Señor “nos quiere hacer hoy sentir más profundamente su gran misericordia”. Así, les ha pedido que nunca “nos alejemos de Jesús, aunque pensemos que por nuestros pecados o nuestras faltas somos los peor” y añadió que “así nos prefiere Él, así su misericordia se derrama”. Finalmente invitó a aprovechar este día “para recibir la misericordia de Jesús”. Y rezó un Avemaría.
El Santo Padre cruzó la Puerta de la Divina Misericordia del Santuario y seguidamente confesó a siete jóvenes y un sacerdote, en español, italiano y francés, convirtiéndose en el primer pontífice en confesar en el Santuario.
Una vez terminado de impartir el sacramento de la Reconciliación, el Santo Padre saludó y bendijo a un joven sacerdote en silla de ruedas y a un anciano invidente, recibió como regalo una imagen del Señor de la Divina Misericordia.
Concluida la visita, el Papa se dirigió al Santuario de San Juan Pablo II para celebrar la Misa con los sacerdotes, religiosos, religiosas, consagrados y seminaristas.
El Santuario de la Divina Misericordia
A mediados del siglo XIX se fundó, en la colina de Lagiewniki, en Cracovia, el convento de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia. Ahí vivió y falleció Santa Faustina Kowalska, a inicios del siglo XX.
Ahí se encuentra el actual Santuario de la Divina Misericordia, con un nuevo edificio construido entre 1999 y 2002, que tiene capacidad para 5.000 personas.
El diseño del nuevo templo se inspiró en los rayos del corazón de Jesús Misericordioso, cuya imagen se encuentra en el centro del presbiterio. Debajo del cuadro está el tabernáculo de oro en forma del globo terrestre.
El 17 de agosto de 2002 Juan Pablo II consagró la basílica durante su última peregrinación a su patria. En aquel momento también confió el mundo a la Divina Misericordia.
En la parte baja de la basílica está la capilla principal consagrada a Sor Faustina y las cuatro capillas laterales. A unos pocos metros de la parte de arriba del templo se encuentra una capilla de la Adoración Perpetua al Santísimo Sacramento. +
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