“La familia es la fuente de toda fraternidad”, recordó el Card. Cipriani en el Tedeum

“La familia es la fuente de toda fraternidad”, recordó el Card. Cipriani en el Tedeum

Lima (Perú) (AICA): “La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor”, destacó el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima y primado del Peru, en la misa y Tedeum que presidió en la catedral de Lima, este jueves 28 de julio, con motivo del 195° aniversario de la independencia del país. En presencia del Presidente saliente Ollanta Humala y diversas autoridades, en el día en que asumió el cargo el nuevo presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, el Purpurado denunció que “las campañas para dañar la dignidad de la mujer en su ser mujer y madre, queriendo imponer la llamada ideología de género no son humanas”.
“La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor”, destacó el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima y primado del Peru, en la misa y Tedeum que presidió en la catedral de Lima, este jueves 28 de julio, con motivo del 195° aniversario de la independencia del país.

En presencia del Presidente saliente Ollanta Humala y diversas autoridades, en el día en que asumió el cargo el nuevo presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, el Purpurado denunció que “las campañas para dañar la dignidad de la mujer en su ser mujer y madre, queriendo imponer la llamada ideología de género no son humanas”.

En su homilía el purpurado peruano hizo una clara defensa de la familia y rechazó el influjo de la ideología de género. “La ideología de género -dijo- nació en Estados Unidos hace unos 30 años, se desarrolló luego en Europa siguiendo líneas particulares del feminismo y del pensamiento homosexual. Esta corriente afirma que la diferencia entre hombre y mujer es un hecho social, una construcción cultural que precede al hecho biológico”.

“El accionar de los medios de comunicación que confunden a la niñez y juventud con la constante difusión de la violencia y el abuso del sexo en horarios inapropiados y de maneras indignas del respeto que todos merecemos, tampoco es humano”, enfatizó.

El cardenal recordó también el mensaje del Papa Francisco por la 47° Jornada Mundial de la Paz del año 2013 y exhortó a las autoridades a promover la familia en el Perú.

“La fraternidad es una dimensión esencial del hombre, que es un ser relacional. Sin ella, es imposible la construcción de una sociedad justa, de una paz estable y duradera. Y es necesario recordar que normalmente la fraternidad se empieza a aprender en el seno de la familia”.

“La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor”, destacó.

El arzobispo de Lima dijo luego que “la Iglesia, experta en humanidad, nos enseña a contemplar estas situaciones no con la frialdad de un problema económico de un hecho presupuestal: no basta el dinero para resolver las grandes desigualdades que hay en nuestro país. Hace falta un suplemento de fe en Jesucristo y una tensión solidaria”.

El cardenal también se refirió a la importancia de los medios de comunicación y dijo que “podemos calificarlos sin temor a equivocarnos, como el primer poder, no el cuarto poder como se decía hace unas décadas. La rápida revolución tecnológica ha puesto a los medios de comunicación en el centro del poder y eso exige una responsabilidad muy grande”.

“Es necesario asegurar un pluralismo real en este delicado ámbito de la vida social” ya que la tendencia del llamado “pensamiento único” debilita la “democracia y disminuye la fuerza creadora de los ciudadanos que se sienten limitados y, en ocasiones, impedidos de manifestarse con libertad”.

Al recordar luego que la Iglesia vive el Año Santo de la Misericordia convocado por el Santo Padre, el Purpurado lamentó que “es triste constatar cómo la experiencia del perdón en nuestra cultura se desvanece cada vez más (…) parece evaporarse. Sin embargo el perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza”

“¡Qué oportuna ocasión es esta, camino hacia el Bicentenario, para recordar la aplicación práctica de la Misericordia en la vida de nuestra sociedad! […] Perdonar las ofensas es algo que con urgencia debe sembrarse en el corazón, especialmente en los más jóvenes. Una cultura que frecuentemente se expresa con el odio y la violencia no es humana”.

Para concluir, el cardenal Cipriani elevó “en esta ocasión, unido a toda la familia cristiana, reconciliados unos con otros, mi oración a Dios para que nos guíe por caminos de paz y de gozo, de prosperidad y de esperanza”.+

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