Francisco: “Cuaresma es un tiempo para decir ‘no’ a la asfixia del espíritu”
El Papa manifestó la voluntad de “volver al corazón misericordioso del Padre”, y señaló que la cuaresma “nos conduce a la victoria de la misericordia sobre todo aquello que busca aplastarnos o rebajarnos”.
El Pontífice explicó el gesto de las cenizas, que “nos recuerda nuestra condición original: hemos sido tomados de la tierra, somos de barro”, y destacó que Dios sopló su espíritu de vida sobre cada uno de nosotros “y lo quiere seguir haciendo” para salvarnos de “otro tipo de aliento: la asfixia sofocante provocada por nuestros egoísmos”, que ahoga el espíritu, reduce el horizonte y anestesia el palpitar del corazón. “Vivir la cuaresma es anhelar ese aliento de vida que nuestro Padre no deja de ofrecernos en el fango de nuestra historia”, aseguró.
“Nos hemos acostumbrado a respirar un aire cargado de falta de esperanza, aire de tristeza y de resignación, aire sofocante de pánico y aversión”, agregó el Papa, y advirtió que “Cuaresma es el tiempo para decir «no»” a la asfixia del espíritu, a la polución de las palabras vacías y la crítica burda, a la asfixia “de una oración que nos tranquilice la conciencia, de una limosna que nos deje satisfechos, de un ayuno que nos haga sentir que hemos cumplido”.
“Cuaresma es el tiempo de decir no a la asfixia que nace de intimismos excluyentes que quieren llegar a Dios saltándose las llagas de Cristo presentes en las llagas de sus hermanos”, añadió el Papa, y llamó a transitar la Cuaresma como una oportunidad para volver a respirar y abrir el corazón al aliento “del único capaz de transformar nuestro barro en humanidad”.
“No es el tiempo de rasgar las vestiduras ante el mal que nos rodea sino de abrir espacio en nuestra vida para todo el bien que podemos generar, despojándonos de aquello que nos aísla, encierra y paraliza”, concluyó.+
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