Concluida la misa, monseñor Dus salió del templo portando la custodia con la Eucaristía y tras ubicarla en un templete adornado con flores blancas, comenzó la procesión con el Santísimo Sacramento que recorrió las avenidas de la ciudad.
Participó de la pública manifestación de fe eucarística una multitudinaria columna de fieles, junto con el arzobispo Dus, los sacerdotes de la ciudad, diáconos, niños y jóvenes.
Monseñor Ramón Dus hizo referencia en su homilía de la misa, a las antiguas enseñanzas diciendo que “celebramos lo que somos ya y lo que queremos ser, es decir el cuerpo vivo de Jesús, su Iglesia” y que “la Iglesia no vive para sí, sino para seguir a Jesús y siguiendo a Jesús para entregar la vida por nuestra gente, por nuestro mundo”.
El arzobispo señaló también que “en la fiesta del Corpus Christi es necesario recordar la Palabra viva de Dios, la persona de Jesús. Esa Palabra también ha entrado en nuestros corazones, en nuestra vida, para hacernos entender que nos da luz, nos da fortaleza, nos da su fuerza y su gracia”.
También afirmó que “hoy celebramos haciendo memoria del don de Jesús por nosotros, en este Sacramento de la Eucaristía, que es nuestro tesoro como Iglesia Católica. De modo especial afirmamos nuestra fe en la presencia viva de Jesús, que está realmente presente aquí, en este Santísimo Sacramento, está presente con toda su gracia y su divinidad y comparte con nosotros”.
Monseñor Dus afirmó que la presencia de Jesús se hace experiencia en la Iglesia por la fe de los cristianos y por la acción del Espíritu Santo y dijo que “para la Iglesia la presencia de Jesús en el mundo es el fruto de nuestra fe y de nuestro amor recíproco”.
Al cerrar su reflexión el arzobispo de Resistencia deseó que “sellemos nuestro amor recíproco que nos haga vivir la Eucaristía y ser testigos de Jesús. Sobre todo que nuestra fe y nuestro testimonio convenzan a tantos a acercarse a la familia de Jesús, que es su Iglesia”.+
Publicar un comentario