Los actos se enmarcaron en los 500 años de la Reforma Luterana iniciada por Martín Lutero y hubo gestos de arrepentimiento por los pecados que dividen y momentos de oración por los cristianos perseguidos por su fe en el mundo.
En la arquidiócesis de Buenos Aires el acto central, organizado por la Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas en la Argentina (Ceica), se realizó en la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía San Efrén, del barrio porteño de Villa Ortúzar).
El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, participó del acto en el templo de Laprida 1453, donde doce personas con cajas que simulaban piedras o ladrillos que cada una contenía un pecado que divide a los cristianos, y después de la lectura de la Palabra ese muro se convierte en una cruz.
En Córdoba, la plegaria por la unidad de los cristianos se elevó en templos católicos de la capital provincial y en la Iglesia Metodista Alta Gracia, de la ciudad del mismo nombre. Se cantó un himno de reconciliación y perdón, y los ministros renovaron el compromiso de llevar la luz que disipe las tinieblas de la división.
El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, participó del encuentro ecuménico en la iglesia presbiteriana San Andrés de Témperley, donde aseguró que “Dios nos quiere como hijos, distintos, pero juntos, unidos” y destacó que “es un don y tarea el esfuerzo de la reconciliación”. La celebración contó con la presencia de funcionarios municipales, y la participación de pastores, fieles y representantes de las iglesias metodista, anglicana, evangélica y presbiteriana, entre otros.
El obispo de Oberá, monseñor Damián Bitar, impartió la bendición final del acto ecuménico en la catedral San Antonio, donde se presentó el Coro del Centro del Conocimiento y participaron representantes de los credos cristianos presentes en esta jurisdicción eclesiástica.
La parroquia San José Obrero, de José C. Paz, fue el escenario de la oración ecuménica en la que se unieron referentes de la diócesis de San Miguel y el Distrito Norte de la Iglesia Evangélica Luterana Unida. En nombre del obispo de San Miguel, monseñor Sergio Fenoy, asistió su vicario general, presbítero Carlos Osvaldo Paravizzini.+
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