A lo largo de diez puntos, el Santo Padre aborda los siguientes temas: La misión y el poder transformador del Evangelio de Cristo, Camino, Verdad y Vida; la misión y el kairos de Cristo; la misión que inspira una espiritualidad de éxodo continuo, peregrinación y exilio; sin olvidarse de los jóvenes, que representan la esperanza de la misión; así como el servicio de las Obras Misionales Pontificias y el hecho de hacer misión con María, que es, precisamente, la Madre de la evangelización.
El pontífice, explica la nota de Radio Vaticana, escribe que esta Jornada nos invita a reflexionar sobre la misión en el corazón de la fe cristiana. De donde surgen algunas preguntas que tocan nuestra identidad y responsabilidad como creyentes, en un mundo confundido por tantas ilusiones, herido por grandes frustraciones y desgarrado por numerosas guerras fratricidas, que afectan de forma injusta sobre todo a los inocentes. Entre los interrogantes planteados por el Santo Padre se destacan: “¿Cuál es el fundamento de la misión? ¿Cuál es el corazón de la misión? ¿Cuáles son las actitudes vitales de la misión?”.
“La misión de la Iglesia, añade el pontífice más adelante, no es la propagación de una ideología religiosa, ni tampoco la propuesta de una ética sublime” y recuerda con las palabras del papa Benedicto XVI en su Carta Encíclica Deus caritas est que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”.
Asimismo, señala Francisco que la misión de la Iglesia está animada por una espiritualidad de éxodo continuo. En el sentido de “salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”.
El Mensaje del Papa para la Jornada Misionera de este año concluye invitando a todos a proseguir en la misión inspirándonos en María, Madre de la evangelización. Porque Ella, movida por el Espíritu, recibió la Palabra de vida en lo más profundo de su fe humilde. De ahí su deseo de que la Virgen nos ayude a decir nuestro “sí” en la urgencia de hacer resonar la Buena Nueva de Jesús en nuestro tiempo; que nos obtenga un nuevo celo de resucitados para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte; que interceda por nosotros para que podamos adquirir la santa audacia de buscar nuevos caminos, para que llegue a todos el don de la salvación.
Texto completo del Mensaje
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