Mons. Martorell presidió la fiesta de Santa María del Iguazú
Los fieles –entre ellos unos 1.800 jóvenes- caminaron 40 kilómetros en peregrinación hasta el santuario de Puerto Iguazú, desde la mañana. Luego de la llegada de los peregrinos, monseñor Martorell presidió la misa central.
En la homilía, el prelado señaló: “La celebración de la fiesta de nuestra Madre nos llena el corazón con la alegría de saber que al celebrar a María celebramos también al autor de nuestra redención, Jesucristo el Señor”.
“Jesús –continuó el obispo- con su nacimiento nos hizo vivir un cambio radical, tanto que dividió nuestra historia en un antes y un después. Y lo hizo desde la vivencia cotidiana, sin dejar de ser Jesús el carpintero, hijo de María y de José, desde el trabajo cotidiano, desde los sufrimientos y las vicisitudes de la vida permitidas por la providencia divina. No hubo revolución social ni violencia para tan grande cambio”.
Entonces el prelado preguntó sobre cómo aconteció ese gran cambio. “Ocurrió desde la vivencia de la fe, el amor y la esperanza que fue capaz de colmar de gozo a los pequeños y humildes de corazón”, respondió. “El cambio ocurrió en esos corazones que percibían el ‘amor de Dios’, que sentían que ‘alguien’ los amaba sin reservas y que llevó a tantos en la historia a decir: ‘Sólo Dios basta’”, agregó.
Monseñor Frassia manifestó también que la familia de Nazaret “debe ser ejemplo para nuestras familias, modelo y espejo para su construcción y para sus vivencias personales y personalizantes” y exhortó “a ir detrás de los valores del Evangelio”.
“Dejemos de creer en las ilusiones de la concepción materialista que pretende reducirnos a meros instrumentos de la economía, ya podemos observar cómo este modo de pensar nos va autodestruyendo”, aseveró. “Creamos más en Dios, perseveremos en la fe, en el amor a Jesucristo y sigamos el ejemplo de fidelidad de María, expresión fiel y auténtica del cristianismo y veremos el amanecer de una sociedad más humana, más digna del ser humano”, concluyó.+
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