Mons. Martínez: “Ser testigos e instrumentos de evangelización y humanización”
“Él, siendo el Señor, se hizo servidor y obediente hasta la muerte de cruz; siendo rico, eligió ser pobre por nosotros, enseñándonos el itinerario de nuestra vocación de discípulos y misioneros”, destacó.
El prelado recordó que “en el Evangelio aprendemos la sublime lección de ser pobres siguiendo a Jesús pobre, y la de anunciar el Evangelio de la paz sin bolsa ni alforja, sin poner nuestra confianza en el dinero ni en el poder de este mundo”.
“En la generosidad de los misioneros se manifiesta la generosidad de Dios, en la gratuidad de los Apóstoles aparece la gratuidad del Evangelio”, aseguró.
“En el rostro de Jesucristo, muerto y resucitado, maltratado por nuestros pecados y glorificado por el Padre, en ese rostro doliente y glorioso, podemos ver, con la mirada de la fe el rostro humillado de tantos hombres y mujeres de nuestros pueblos y, al mismo tiempo, su vocación a la libertad de los hijos de Dios, a la plena realización de su dignidad personal y a la fraternidad entre todos. La Iglesia está al servicio de todos los seres humanos, hijos e hijas de Dios”, agregó.
Por último, monseñor Martínez sostuvo que “junto con el Apóstol Pedro que confesó a Jesús como Mesías, Hijo del Dios Vivo, queremos como Iglesia ser testigos e instrumentos de evangelización y humanización en nuestro tiempo”.+
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