"Juan y Andrés escucharon cómo su maestro Juan el Bautista decía de Jesús: 'Ese es el Cordero de Dios'", recordó ante los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro.
El pontífice sostuvo que "esta fue la chispa que dio comienzo a su historia de seguimiento. Ellos iniciaron a estar con Él y muy pronto se transformaron en misioneros, haciendo que sus hermanos Simón y Santiago también siguieran a Jesús".
"Y nosotros, ¿cómo podemos descubrir nuestra vocación?", preguntó, y respondió: "Se puede hallar de muchas formas, pero toda vocación, ya sea al matrimonio, al sacerdocio o a la vida consagrada, comienza con un encuentro personal con Jesús, que nos llena de inmensa alegría".
"El Señor no quiere que lo sigamos sin ganas, sino con el corazón lleno de gozo, y esa felicidad de estar con Él es la que evangeliza el mundo", agregó.
El Papa aseguró que "el cristiano, como la Virgen María, conserva en su corazón la llama del primer encuentro con el Señor, y ante las pruebas de la vida vuelve a ese sagrado fuego, que lo conforta y que fue encendido una vez para siempre".
Francisco saludó luego a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica, a quienes animó a que se acuerden de "ese primer encuentro con Jesús en sus vidas, para que puedan reavivar ese fuego de amor, que los invita a seguirle con alegría y que es llama de esperanza".+
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