El pontífice destacó que las actividades del centro, al que consideró “un espacio de trabajo, de cultura, de progreso, es un signo de humanidad”, y dijo que ese espacio no podría existir si “entre ustedes no hubiera personas de tanta sensibilidad humana, entre los internos, los agentes del servicio penitenciario, directivos, jueces, miembros de la Universidad de Buenos Aires y los estudiantes”.
"Los internos están pagando una pena, una pena por un error cometido. Pero no olvidemos que para que la pena sea fecunda debe tener un horizonte de esperanza", sostuvo, y agregó: "De lo contrario, queda encerrada en sí misma y es solamente un instrumento de tortura, no es fecunda".
"Pena con esperanza, entonces es fecunda. Esperanza de reinserción social y, para eso, capacitación social, mirando al futuro, y esto es lo que están haciendo ustedes", elogió.
UBA XXII es un programa de la Universidad de Buenos Aires, dependiente de la Secretaría de Asuntos Académicos, que dicta carreras de grado con modalidad presencial y actividades de extensión en establecimientos del Servicio Penitenciario Federal.
Tiene por finalidad garantizar el acceso a la formación universitaria curricular y extra curricular de personas que se encuentran privadas de su libertad. Se trata de un programa que ayuda a la reinserción social de los detenidos y que influye en la tasa de reincidencia.
Texto del videomensaje
Mis amigos que forman parte del Centro de estudiantes universitarios de Ezeiza, un cordial saludo, un saludo que evoque esas llamadas dominicales que hago al penal. Estoy al tanto de todas vuestras actividades y me da mucha alegría la existencia de este espacio, un espacio de trabajo, de cultura, de progreso, es un signo de humanidad. Y no podría existir si entre ustedes no hubiera personas de tanta sensibilidad humana, entre los internos, los agentes del servicio penitenciario, directivos, jueces, miembros de la Universidad de Buenos Aires y los estudiantes. Gracias.
Ahora un paso más. Impulsaron la apertura del Taller de música. Quiero agradecer a todos los que ayudaron en esta iniciativa: al señor jefe Claudio Segura, al director señor Alejandro González, al apoyo y el aval de la Universidad de Buenos Aires y del Poder Judicial y, sobre todo, a los secretarios de Casación, Luis y Víctor y a los internos a cargo del Centro de estudiantes -Marcelino, Guille, Edo- que los conozco por teléfono. Gracias por todo lo que han hecho.
Es un aliento de vida esto que está sucediendo en el penal entre ustedes. Y la vida –ustedes lo saben- es un regalo, pero un regalo que hay que conquistarlo cada día. Nos lo regalan pero tenemos que conquistarlo cada día. Tenemos que conquistarlo en cada paso de la vida. Un regalo que no es fácil conservarlo. Ánimo cada día. Dificultades a montones, todos las tenemos, pero ese regalo lo cuidamos y lo hacemos progresar, lo cuidamos y lo hacemos florecer.
Los internos están pagando una pena, una pena por un error cometido. Pero no olvidemos que para que la pena sea fecunda debe tener un horizonte de esperanza, de lo contrario, queda encerrada en sí misma y es solamente un instrumento de tortura, no es fecunda. Pena con esperanza, entonces es fecunda. Esperanza de reinserción social, y para eso, capacitación social, mirando al futuro, y esto es lo que están haciendo ustedes. Con este nuevo taller de música están mirando a la reinserción social, ya ahora se están reinsertando con los estudios, con la Universidad de Buenos Aires, están mirando a la reinserción social. Es una pena con esperanza, una pena con horizonte. Vuelvo a decir, problemas hay y los habrá, pero el horizonte es más grande que los problemas, la esperanza supera todos los problemas.
Queridos amigos, rezo por ustedes, los tengo cerca al corazón, les pido que no se olviden de hacerlo por mí. Que Dios los bendiga y adelante, siempre con una sonrisa. Hasta el próximo llamado.+
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