Mons. Azpiroz Costa reconoció la misión de los catequistas
“Todo aquel que se acerca a Jesús trae consigo una pregunta vital”, explicó el prelado: “¿Qué obras buenas debo hacer para conseguir la vida eterna? ¿Qué me queda por hacer?”.
“Quienes se acercan a ustedes en cada encuentro de catequesis, en el diálogo personal, lo hacen como aquellos griegos del Evangelio que se acercan a los apóstoles con un deseo expreso: Queremos ver a Jesús”, comparó, y destacó la misión del catequista de “acompañar, acercar, conducir a los catequizados a un encuentro personal con Jesús”.
Monseñor Azpiroz Costa consideró que “el camino de la catequesis que ustedes recorren junto a quienes se les han confiado, en las capillas, las iglesias parroquiales, las escuelas, los movimientos, no sólo lleva a conocer juntos ‘quién es Jesús’, sino también a encontrarlo, seguirlo, a obrar, vivir según sus enseñanzas. De ese modo escuchamos juntos la dulce invitación de su Madre: Hagan todo lo que Él les diga”, señaló.
“Ser cristianos nos hace obrar, vivir como tales. Del mismo modo “ser” catequistas, nos impulsa a obrar, vivir como tales porque Cristo es el centro de nuestras vidas y queremos que lo sea para otros. Que todos seamos discípulos misioneros de Cristo”.
Para finalizar, el arzobispo pidió al Señor por los catequistas y dio gracias “por su vida y misión, misión escondida, clave de la evangelización”.
“Doy gracias también a ustedes, por su celo cotidiano, por su deseo de aprender cada día, por su empeño en enseñar lo aprendido. Sé que ustedes dejan muchas cosas para dedicarse a esta tarea, misión, vocación: encontrarse con Jesús e invitar a los demás a encontrarlo”, sostuvo y aseguró que “¡Este es el secreto de toda catequesis!”.
“Cuenten conmigo y cuéntenme también acerca de sus gozos y esperanzas, tristezas y angustias en esta vocación vital para la Iglesia”, concluyó.+
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