Huracán Harvey: La Iglesia movilizada en campañas de oración y ayuda a las víctimas
La respuesta de las diócesis y las organizaciones católicas de caridad del país fue rápida desde el inicio para brindar ayuda en las secuelas de un huracán de categoría 4 que llegó a tierra con fuertes lluvias y vientos de más de 480 k/h el pasado 25 de agosto en el área de Rockport, Texas, al noreste de Corpus Christi, que hasta el momento cobró la vida de al menos 16 personas.
En su carta, el arzobispo Gómez pidió que la colecta se celebre durante el fin de semana del 2 al 3 de septiembre o al siguiente, del 9 al 10 de septiembre. Se trata de actuar con celeridad y con la confianza puesta en que la ayuda de los católicos estadounidenses, como lo fue en 2005 con el huracán “Katrina” en Nueva Orleans, va a ser copiosa
.
“Nuestros corazones y nuestras oraciones se dirigen a las familias que perdieron seres queridos y a los que perdieron sus casas y negocios, junto con su sentido cotidiano de paz y normalidad. También estamos con nuestros hermanos obispos de la región que tienen la difícil tarea de brindar atención pastoral en estos tiempos, mientras manejan sus propias pérdidas”, expresa la carta del vicepresidente de la USCCB.
“Junto con el cardenal DiNardo y los obispos de toda la región afectada expreso una profunda gratitud a los primeros socorristas y a un sinnúmero de voluntarios que están ayudando a la región de la Costa del Golfo de innumerables maneras”, concluyó el arzobispo Gómez.
Por su parte las Caridades Católicas de los Estados Unidos, así como la Sociedad de San Vicente de Paul: Servicios de Desastre, anunciaron el 26 de agosto que se están movilizando para ayudar a un número aún desconocido de personas afectadas por el huracán.
Elizabeth Disco-Sharer, de la Sociedad de San Vicente de Paúl, dijo que enviaron equipos de respuesta rápida para ayudar a los consejos de San Vicente de Paúl que sufrieron daños y estamos coordinados a nivel nacional con los Caballeros de Colón, los Caballeros de Malta y las Caridades Católicas de los Estados Unidos.
El cardenal Daniel DiNardo, presidente del episcopado estadounidense y arzobispo de Galveston-Houston, -una de las áreas más afectadas- instó a todas las personas de buena voluntad a estar al tanto de las futuras solicitudes de asistencia a víctimas y sobrevivientes en los próximos días y explicó que el huracán Harvey golpeó la costa del Golfo de manera catastrófica y devastadora y los efectos secundarios de esta tormenta continúan poniendo a los residentes en peligro, con posibilidades de horribles escenas que no juegan a su favor, como por ejemplo, personas atrapadas en sus propios tejados mientras el agua sigue subiendo de nivel a su alrededor.
El cardenal pidió oraciones, pero también ayuda para los afectados. Una de las primeras en prestar ayuda fue la diócesis de Brownsville, Texas, donde el obispo monseñor Daniel E. Flores autorizó una segunda colecta para ser realizada en las iglesias locales de la diócesis el fin de semana del 26 al 27 de agosto, para así enviar a las organizaciones caritativas católicas en las cercanías Corpus Christi y otros lugares afectados por las pérdidas importantes y los daños causados por las tormentas e inundaciones.
El obispo Flores dijo en una entrevista que “si el Valle del Río Grande, donde se encuentra la diócesis de Brownsville, se salvó del impacto principal del huracán Harvey, entonces la diócesis tiene el deber de ayudar a sus vecinos del norte, en las áreas costeras de Corpus Christi y Galveston-Houston”.
El arzobispo de San Antonio, Gustavo García-Siller, dijo en un comunicado que la arquidiócesis prometió su apoyo a los esfuerzos de recuperación que comenzarán después de que la lluvia y el viento disminuyan: “Mis pensamientos y oraciones están con las personas de las diócesis de Corpus Christi y Victoria, así como con la arquidiócesis de Galveston-Houston, ya que se encargan de las consecuencias que trajo el Huracán Harvey. La gente de San Antonio abrió los brazos para dar la bienvenida a los evacuados de este histórico huracán, y las Caridades Católicas de la arquidiócesis estuvieron asistiendo y seguirán ayudando en una variedad de formas diferentes a los afectados por este desastre natural”.
El obispo W. Michael Mulvey, de la diócesis de Corpus Christi, dijo que estaba agradecido a los obispos que se acercaron a él y a su diócesis, agregando el verdadero daño alrededor de la diócesis aún no se conoce y los funcionarios están esperando que las condiciones permitan una mejor evaluación de los daños.
Alrededor de 15.000 personas se encuentran actualmente en refugios y, según el periódico Houston Chronicle otras 25.000 podrían solicitar refugio en los próximos días. Por desgracia, las autoridades prevén que el número de personas fallecidas sea mucho mayor.+
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