La actividad surgió como respuesta a las amenazas que semanas atrás recibió el presbítero Cloro, comprometido en la lucha contra las drogas, y recibió el apoyo de cientos de vecinos que se movilizaron por las calles del barrio.
La marcha culminó con el encendido de velas en el templo de la parroquia Espíritu Santo y una oración ecuménica guiada por el pastor Carrillo. La bendición estuvo centrada en la unidad en Jesús y en el hecho de tener bien claro que son los jóvenes los más importantes en esta tarea.
“La convocatoria fue a las 15 y salimos a las 16. La marcha duró dos horas y media, y recorrimos alrededor de 27 cuadras. Atravesamos la zona más problemática del barrio. La gente respondió muy bien, muy cariñosa, con mucho apoyo, siempre con la consigna ‘#NiUnPibeMenosPorLaDroga’”, relató el sacerdote.
“Varios medios me preguntaron si tengo miedo. Y a todos les respondí lo mismo: el mal al final, por nuestra fe, trajo mucha más luz. Hechos negativos y dolorosos como la amenaza y el atentado terminaron unificando al barrio. Tenemos mayor claridad para seguir eligiendo trabajar para algo que es realmente grave”, explicó el sacerdote, que es referente y delegado por la diócesis de Quilmes ante la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones, y párroco de Espíritu Santo.
“Desde el Estado se necesitan programas sostenidos en el tiempo que tengan una continuidad tanto en recursos financieros como humanos, los necesarios para afrontar íntegramente el problema de las adicciones. Y, por supuesto, la unidad: desde las religiones la unidad tiene que ser total porque todas consideramos sagrada a la persona humana”, indicó el padre Cloro, que también atiende 10 capillas cercanas al templo parroquial.
La Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia manifestó su apoyo y acompañamiento al trabajo del padre Chicho y de todos los equipos que, como parte de esta Pastoral, entregan su vida y su carisma para asistir a los hermanos que sufren el consumo de drogas.+
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