Asimismo se recordó al Concilio Vaticano II al señalar en la oración: “Por más de 50 años luteranos y católicos estamos recorriendo el camino del diálogo superando el conflicto y acercándonos a la comunión”, y también se tuvo presente a los 18 años de la declaración conjunta sobre la Doctrina de la Justificación por la Fe, firmada en 1999 por representantes de la Iglesia Católica y de la Federación Luterana Mundial.
“En este caminar juntos, crecimos en la comprensión y confianza mutuas”, se lee en el texto impreso para el acto, que fueron leyendo distintos oficiantes. “Por ello es posible congregarnos. Nos acercamos con diferentes pensamientos y sentimientos de acción de gracias y lamento, júbilo y arrepentimiento, gozo en el Evangelio y pena por la división. Nos congregamos en conmemoración, en acción de gracias y confesión, y en testimonio y compromiso común”.
Ubicados adelante del altar, fueron leyendo distintas partes del texto preparado el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, dueño de casa; los obispos metodistas Américo Jara Reyes y Frank de Nully Brown, y los pastores Gustavo Gómez, de la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU), Alvaro Michelin Salomón, valdense, y Carlos Duarte, presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
También leyeron partes del texto dos eclesiásticos que no pertenecen a las iglesias de la Reforma: el obispo Crisóstomo Gassali, de la Iglesia Siriana Ortodoxa, y el padre Gabriel Coronel, de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa del Patriarcado de Antioquía.
Participó del acto, el secretario de Culto de la Nación, doctor Santiago de Estrada, y el director de Culto de la provincia de Buenos Aires, Walter Giménez, quienes ocuparon la primera fila del templo que estuvo colmado de fieles.
El encuentro de oración conjunta contó con distintos momentos. En uno de ellos, los presentes intercambiaron un saludo de reconciliación invocando la paz de Cristo, se rezó el Credo de los apóstoles y el padrenuestro (cada uno según su tradición), acompañado con el canto de distintos himnos.
Los himnos fueron cantados sucesivamente por dos coros: el primero, de medio centenar de miembros, ataviados de negro, con bufandas de color turquesa, de la parroquia San Ildefonso. Entre otros himnos, entonó en latín Ubi Caritas, que dice “donde hay caridad y amor, allí está Dios”. El otro coro, también numeroso, de la Iglesia Evangélica de Martínez cantó -entre otros himnos- “Dios familia”, “Soplo de Dios viviente”, “El Señor es mi fortaleza”. Al final, todos juntos cantaron “Sean, amigos, los testigos de mi Resurrección”.
El inicio del acto estuvo conducido por la pastora Wilma Rommel y el padre Carlos White, párroco de San Ildefonso, quienes leyeron: “En el pueblo cristiano no siempre nos hemos manifestado fieles al Evangelio. Muchas veces nos hemos amoldado a los patrones de pensamiento y comportamiento del mundo que nos rodea”.
“La verdadera unidad de la Iglesia sólo puede existir como unidad en el Evangelio de Jesucristo”, añadieron, y destacaron que en 2017 se pudo plamar un material de trabajo y estudio denominado “Del conflicto a la comunión”. A continuación se leyeron cinco compromisos incluidos en ese documento, a la vez que se encendía una vela (una de ellas por un niño pequeño, llevado por su padre).
Solamente hubo dos breves reflexiones personales, o sermones, tras leerse el evangelio de San Juan 15.1-5 (en el que Jesús dice: “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en Mí, y Yo en él, da mucho fruto, porque separados de Mí, nada pueden hacer). Los hicieron, a partir de esa imagen, el cardenal Mario Poli y la pastora Mercedes García Bachmann.
Tras las invocaciones y la bendición final invocando a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, el arzobispo siriano Crisóstomo rezó el padrenuestro en arameo, la lengua de Jesús.+
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