Mons. García pidió “no dejarse seducir por lo fácil, que cuesta muchas vidas”
En su homilía, el prelado reconoció lo difícil que es ser justos frente a la injusticia que nos rodea, o ser generosos cuando no nos alcanza. Sin embargo, recordó el camino que nos ofrece Jesús: “Quien quiera seguirme, que cargue con su cruz y me siga”, un camino de negarse a sí mismo.
“Seguramente ustedes también tienen la experiencia diaria de negarse a sí mismos en muchas cosas; de negarse a lo que les gusta para darle a sus hijos, de negarse a lo que quisieran para que otros tengan lo que necesitan, de negarse en el tiempo de descanso para salir a trabajar y llegar como se pueda, arañando a fin de mes, cuando se llega. Porque en la experiencia de negarse, el Señor nos alienta y nos conforta”, señaló.
“Hoy bendecimos esta hermosa ermita, que está en la puerta de este barrio que para muchos es zona ‘caliente’. Traemos a la madre Santa Teresa de Calcuta, traemos a la Virgen de Luján, Madre de la Argentina. La madre Teresa, que supo hacer de basureros de gente un lugar justamente de misericordia y de ternura, para que pueda realmente su amor, en esta puerta, transformar estas tierras para muchos”, agregó, y pidió “que su institución toque realmente los corazones de muchos, que sea tierra de bendición, que haya muchos que aprendan o quieran negarse a sí mismos para que otros tengan vida”.
En las "misas de las tres T del papa Francisco", cada mes se reza por el Trabajo, por el Techo y por la Tierra. “Queremos un Techo, una Tierra y un Trabajo para hombres dignos, no un trabajo, un techo, una tierra para hombres que en el fondo no les importa el corazón de los demás, y se dejan muchas veces seducir por lo fácil, que cuesta muchas vidas”, enfatizó monseñor García, y aseguró: “No nos vamos a cansar de rezar y de seguir pidiendo, porque no vamos a aflojar, porque si hay muchas cosas que no están bien y que joroban la vida y siguen creciendo, entonces nuestra oración tiene que crecer cada vez más, mucho más. No podemos aflojar y dejarnos ganar; justamente en eso desde la fuerza de Dios, desde los Santos y la Virgen que interceden, seguir peleándola y seguir luchándola para que sea una tierra de bendición”.
Monseñor García hizo referencia a la desaparición de Santiago Maldonado: "Todos estos días a través de los medios hemos rezado, se ha pedido, se ha marchado y otras cosas más por la aparición con vida de Santiago Maldonado, pero también nosotros somos conscientes que hay muchos desaparecidos que no tienen carácter mediático. Personas que desaparecen todos los días, a causa de las drogas que los liquida directamente o desaparecen. Y tenemos que hacernos cargo y rezar por estos también desaparecidos y también tenemos los otros desaparecidos en vida, porque tienen fusilado el cerebro y desaparecieron del sistema".
"Tenemos que seguir rezando, y rezar por aquellos que nadie ve y que sin embargo están desapareciendo todos los días; desapareciendo a causa de la injusticia institucionalizada, desapareciendo por los pactos solapados que existen en estos lugares, exhortó.
Para finalizar, el obispo llamó a “rezar realmente para que el Señor cambie los corazones. Para que no desaparezcan si no para que aparezca la justicia, la verdad y la honestidad. Rezar para que desaparezca la corrupción, que es lo que tiene que desaparecer, el egoísmo tiene que desaparecer, la transa tiene que desaparecer, la complicidad que hace que impunemente siga corriendo la droga y matando a nuestros chicos. Rezar para que desaparezca eso, que aparezca la verdadera vida, la vida en abundancia”, e invitó a rezarle a Santa Madre Teresa de Calcuta y a la Virgen de Luján, “cada vez que pasemos” por la ermita, “aunque pasemos diez veces al día”, para pedir “que ésta deje de ser una tierra caliente para ser una tierra de bendición”.
Participaron de la misa los presbíteros Nicolás Angellotti, de Puerta de Hierro, Gustavo Carrara, de Villa 1.11.14, Damián Reynoso de Villa Ciudad Oculta y las hermanas misioneras de la Caridad, de la Villa 1.11.14.
La actividad se suma al trabajo pastoral que el presbítero Angellotti realiza en el barrio desde el año pasado, cuando llegó desde la ciudad de Buenos Aires para dedicarse especialmente al trabajo en la recuperación de adicciones, contribuyendo a la tarea que realizan los Hogares de Cristo. Se desempeña en el hogar “San José”, del barrio 17 de marzo, y en los barrios de San Petersburgo y Puerta de Hierro, todos dentro de la jurisdicción de la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza. El mayor reclamo actual que pronuncian los integrantes de la Pastoral Social es la urgente urbanización de dichas zonas.+
Publicar un comentario