Después de su catequesis, el pontífice expresó: “Deseo expresar mi dolor por la matanza perpetrada hace algunos días en Mogadiscio, Somalia, que ha causado más de trecientos muertos, entre ellos algunos niños”.
“Este acto terrorista merece la más firme condena, también porque se ensaña sobre una población ya tan probada. Rezo por los difuntos y por los heridos, por sus familiares y por todo el pueblo de Somalia”.
“Imploro la conversión de los violentos y aliento a cuantos, con enormes dificultades, trabajan por la paz en aquella tierra martirizada”.
El Papa deseó a los peregrinos del mundo que participaron en su audiencia general que “cuando nuestras vidas experimentan pruebas y dolores, recordemos que Jesús nos sijo: Yo soy la resurrección y la vida”, reiteró el Santo Padre.
“Sólo la luz de Jesús puede transformar las tinieblas de la tumba en victoria; la amargura de la separación en la dulzura del encuentro; y la derrota de la cruz en el amanecer de la Resurrección: Sólo la fe puede cambiar la vida terrena de un final absurdo a un comienzo glorioso para la vida eterna”.
Al coincidir su audiencia general con el día en el que la Iglesia celebra al santo evangelista al que San Pablo llama “Lucas, el médico muy amado”, el Papa lo recordó en sus palabras a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados:
“Hoy es la fiesta de San Lucas, Evangelista y médico. Queridos jóvenes que su testimonio de vida los impulse a tomar opciones valientes de solidaridad y ternura; queridos enfermos, que siguiendo sus enseñanzas puedan encontrar en Jesús el remedio a vuestros sufrimientos; y ustedes, queridos recién casados, pidan su intercesión para que en vuestra nueva familia nunca falte la atención a cuantos sufren”.
También destacó el Santo Padre que en el día de San Lucas, Evangelista, en Polonia, se celebra la fiesta patronal de los Agentes Sanitarios:
“Recuerden en la oración a todos aquellos que cuidan a las personas enfermas con dedición y espíritu de sacrificio. Que nunca les falten las fuerzas, los buenos resultados y la alegría en el servicio que desarrollan. Que Dios los sostenga y recompense el bien y la esperanza que infunden en los corazones de los enfermos”.
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