Mons. Puiggari: El Sínodo Arquidiocesano fue el gran despertar del laicado
En declaraciones a Radio Corazón (FM 104.1 Mhz), el prelado dijo que eran las diez de la noche y seguíamos saludando a personas en el atrio de la catedral.
Creo que Dios nos regaló una linda fiesta para su madre. Yo soy consciente de que todavía nos cuesta tener esa devoción a María como patrona. Por eso, la fiesta de este fin de semana fue un gran paso hacia ese norte, agregó.
Se entregaron las conclusiones de este Sínodo. Cuando terminamos una etapa, empezamos otra. Y uno mira para atrás y ve un montón de cosas vividas: las ponencias espontáneas de los más jóvenes, sándwiches compartidos, sesiones largas, los días de lluvia. Yo no sé si dimensionamos la gracia que fue todo eso. Para mí el Sínodo fue el gran despertar del laicado. Creo que ese va a ser uno de los frutos más importantes. Ahora viene el trabajo de aplicar todas las conclusiones, estimó.
El arzobispo detalló que se están organizando sínodos en varias arquidiócesis del país: Córdoba, Buenos Aires, Salta, y dijo tener la certeza de que ha sido con la intención de seguir este espíritu de Paraná. Eso nos alegra humildemente el corazón. También el Papa nos incentivó, como Iglesia, a realizar más Sínodos.
Casi el cien por ciento de lo que se dice es propio del trabajo en las aulas sinodales. Hubo un trabajo de elaboración, de síntesis muy grande de los laicos. Ellos se empeñaron para llevar adelante este trabajo. Eso me pone muy contento, puntualizó.
Monseñor Puiggari explicó que este trabajo sinodal tiene que ver con el Navega mar adentro de San Juan Pablo II, y reconoció que cuando era obispo de Mar del Plata, entendió el sentido de esa expresión.
En una ocasión me invitaron a la inauguración de un barco pesquero. Era un momento de mucha importancia para ellos. Llegué y todo era una fiesta: el barco enorme, la banda, música, las personas. El barco era muy grande. Le dimos la bendición, se entregó una cruz al capitán y una medalla de la Virgen. Y en un minuto la barca desapareció en el mar. Y la vi chiquita, moviéndose. Antes estaba limpia, acomodada. Y descubrí que en la orilla estamos cómodos, pero no fructificamos. Cuando te largás mar adentro, te ensuciás, te la jugás. Entonces eso fue para mí una idea clara de que la Iglesia tiene que salir de esa quietud, graficó.
En relación con el lugar que la Virgen del Rosario tiene para los paranaenses, manifestó: María, la Virgen del Rosario, es nuestra fundadora, nuestra madre y nuestra patrona. Fundamentalmente es nuestra madre. Nos tiene que importar, como pueblo, que sea nuestra fundadora. Porque, como nos dijo el Papa, un pueblo se enferma si no reconoce sus raíces. Si no nos aferramos a las raíces, el árbol no crece. La raíz de Paraná es María. Ahí nació nuestra historia, nuestra educación. Ahí fue creciendo Paraná. La queremos reconocer como fundadora pero el título que más me gusta es el de madre.
Monseñor Puiggari dijo que durante la fiesta patronal le gustó mucho ver la cara de los niños cuando salió la Virgen. A mí me impresiona ver con el amor que miran a María. Cuando pasa entre nosotros, es muy significativo.
Otra cosa que me emociona es ver cómo, en medio del movimiento de la ciudad, se ve la unción en la Misa. No hay en la Misa personas charlando, no las ves tomando mate. Se ve una unción maravillosa porque la gente, en esta ocasión, fue a la plaza para rezar, concluyó.
Informes: www.fmcorazon.org.+
Publicar un comentario