El Aula Pablo VI se transformó en un gran comedor, donde el pontífice comió junto a necesitados de más de diez países un menú que incluyó ñoquis con tomate, aceitunas y queso rallado, bocados de ternera con verduras, polenta y brócoli, con tiramisú de postre.
"Bienvenidos a todos, vamos a compartir esta comida con buena voluntad y amistad", dijo el Papa dirigiéndose a los comensales.
En tanto, en la Plaza Pío XII, frente a la Basílica de San Pedro, continuó abierto este domingo el Hospital Móvil para los indigentes, Presidium de Salud Solidario.
El Papa había visitado el jueves de sorpresa este dispensario médico y dialogó con personas que esperaban ser atendidas, los médicos voluntarios y otros colaboradores.
La Jornada Mundial de los Pobres fue instituida por el Papa como fruto del Año de la Misericordia y tiene como objetivo animar a los católicos a que reaccionen contra "la cultura del descarte y del derroche", y fomentar "la cultura del encuentro".+
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