Más de 400 mil personas se congregaron esta mañana en el Parque OHiggins, de Santiago de Chile, para participar de la primera de las tres misas que el papa Francisco presidirá durante su estadía en este país.
Desde la madrugada, los fieles aguardaron la llegada del Santo Padre, quien pasadas las 10 llegó a bordo del Papa móvil desde el Palacio de La Moneda, donde horas antes se llevó a cabo la bienvenida oficial.
La Eucaristía fue concelebrada por 80 obispos y 700 sacerdotes chilenos y argentinos. La animación de la misa estuvo a cargo de una gran orquesta de voces e instrumentos, compuesto por 550 músicos laicos y consagrados. Gran parte está integrada por alumnos de la Fundación Educativa Nocedal, que tiene presencia en colegios de La Pintana y Puente Alto.
El altar del Parque OHiggins, que destaca por una gran cruz elevada sobre el altar principal, fue realizado por el arquitecto Ignacio Díaz y fue construido con material desmontable que podrá reutilizarse como en mediaguas y otras obras, siguiendo con la idea de dar al viaje un carácter sustentable.
En su homilía, el Papa se dirigió a los chilenos, quienes poseen una historia cargada de tragedias naturales que los obligaron a reconstruirse una y otra vez. Francisco llamó entonces a una nueva reconstrucción y a la construcción de la paz.
Con un discurso cercano, llamó a trabajar por un nuevo Chile, apostando al futuro y dejándose impulsar por el Espíritu Santo. Tres chilenos fueron citados por el Papa durante la homilía: Pablo Neruda, el cardenal Raúl Silva Henríquez y san Alberto Hurtado. La mención al santo chileno arrancó un gran aplauso de los fieles. Francisco encabezó luego la ceremonia de coronación pontificia de Nuestra Señora del Carmen, patrona de Chile.
La imagen de la Virgen del Carmen, que se preserva en la parroquia San José de Pelarco, es considerada la madre de todos, la Patrona de Chile.
Fue la primera vez que la imagen mariana, que mide 1,68 metros y pesa 17 kilos, salió de los límites del municipio de Pelarco, y fue trasladada con los requerimientos de seguridad dispuestos por la sede comunal trasandina.
Después de la comunión, el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, agradeció al Santo Padre su visita a la ciudad y evocó la beatificación de Santa Teresa de Los Andes ocurrida en el mismo Parque OHiggins en 1987. "Le damos gracias, papa Francisco, porque de sus labios hemos escuchado la voz de Jesús (Mi paz les dejo), y porque en un gesto de fraternidad nos ha invitado a hacernos don de esa misma paz", dijo el purpurado.
El arzobispo destacó la vocación de entendimiento y no de enfrentamiento de los chilenos, y evocando la visita de San Juan Pablo II en 1987 recordó: El amor es más fuerte.
Hoy es usted, sucesor de Pedro y pastor universal de la Iglesia, quien ha presidido la santa misa invocando para Chile y sus habitantes el don del amor, la justicia y la paz, expresó el cardenal Ezzati, agradeciendo la profecía de paz, fe y amor que el Papa lleva a un Chile donde la brecha es demasiado profunda.
Finalmente, se comprometió a buscar en cada Eucaristía hacernos más y más hermanos y hermanas, para que "alimentados del mismo pan eucarístico nos convirtamos en artífices de justicia y de paz", y pidió al Santo Padre la bendición especial a los niños y a los jóvenes de nuestra patria, a los enfermos y a quienes sufren en su espíritu. Bendiga nuestras familias y a los responsables de hacer de Chile, como dice el himno, la copia feliz del Edén, concluyó.
Finalizada la misa, Francisco se trasladó en auto cerrado hasta la sede de la Nunciatura Apostólica en la comuna de Providencia, donde almorzará. +
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