Mons. Aguer: El Obispo es un centinela cuya misión es advertir
Lo que está en juego es si el embrión es un ser humano
El prelado comenzó comentando algunas repercusiones que tuvieron lo dicho sobre el tema del aborto. "Me llama mucho la atención cómo algunos periodistas -personas muy inteligentes- no advierten lo que está en juego en este tema", y agregó: "Seguramente abrán leído o escuchado cómo soy yo identificado por algunos periodistas”.
“Hay algunos periodistas -señaló- que se jactan de ser especialistas en cuestiones religiosas; en realidad son especialistas en chismes eclesiásticos. A uno lo reportean, pero después se quedan con el micrófono y dicen que soy duro y que pertenezco al sector conservador de la Iglesia. En realidad no es eso lo que está en juego acá, lo que está en juego, como hemos dicho otras veces, es si el embrión, fruto de la concepción, es un ser humano, si es una persona o si es una cosa. Esa es la cuestión científica de la cual hay que partir”.
Lo que importa es la postura política y no la personal
“Pero me extrañan también otros casos -prosiguió monseñor Aguer-, por ejemplo, un hombre como Joaquín Morales Solá, que es una persona inteligente y un gran periodista, que dijo en el diario La Nación que yo he cambiado la cuestión que se discute, que he dicho cosas que no tienen nada que ver con el aborto, porque dije que el Presidente Macri no sabe hacer bien la señal de la Cruz. Considero que sí, que tiene que ver. El Presidente se ha educado en un renombrado colegio católico y hasta en la Universidad Católica, y se supone que hacerse la señal de la cruz es lo primero que aprende cualquier chico en el Catecismo. Tiene que ver con su postura. Dijo que su postura personal es a favor de la vida pero lo que realmente importa es su postura política y no la personal, es la coherencia entre la formación recibida, es decir, su postura personal y la actitud política. Un ejemplo muy diverso lo ha dado el Presidente del Uruguay, el doctor Tabaré Vázquez, que creo que no es un creyente, pero que ha dado un excelente ejemplo de lo que debe ser un político, un político que se atiene al orden natural, a la razón”.
¿Por qué la pena de muerte a un inocente?
Y agregó más: “El señor Morales Solá dice que quiero cambiar o hipotéticamente propongo cambiar el aborto por la pena de muerte al violador. Yo no dije eso. Me extraña que un hombre tan inteligente no entienda lo que los franceses llaman una “boutade” o una “saillie d’esprit”, lo que los españoles llaman “facecia”, esto es una salida graciosa. La cuestión es si el embrión es un ser humano al que se lo castiga con la muerte, o no. No es un disparate lo que estoy diciendo. ¿Por qué se castiga al inocente, se lo descarta como una cosa indeseable? También dice que los obispos me dejaron solo. En verdad, no sé a qué se refiere; la observación de Morales Solá tal vez se refiere a un comunicado que publicó la Comisión Ejecutiva del Episcopado, formada por 4 obispos. El tema del aborto está muy claro en el Magisterio de la Iglesia, y no va a cambiar por más debate que se promueva. ¿Por qué no se promueve, por ejemplo, la despenalización del robo?
La misión del obispo
Tras afirmar que “ya estoy acostumbrado a que me digan lo que me dicen", poniendo como ejemplo al periódico Perfil que lo llama "salvaje antiaborto", o el periodista Lanata que lo trató de "bruto", monseñor Aguer manifestó que "es importante que aclare lo siguiente: la actitud que yo tomo, las cosas que yo digo, tienen que ver con el ministerio del obispo. No me estoy metiendo donde no debo. La palabra obispo viene del griego 'epískopos' que significa 'centinela' o 'vigía'. La preposición 'epi' significa arriba, en lo alto, y 'skopéin' es mirar, observar, registrar con atención. Por eso el obispo es un centinela, un vigía que está puesto ahí arriba. Como me dice el papa Francisco en una afectuosa carta que me mandó con motivo de mi jubileo episcopal: “El papa Juan Pablo II te puso en el 'fastigium' del sacerdocio”, es decir arriba o en la cima del sacerdocio. ¿Para qué? No para hacerme la vida más cómoda, porque está uno allá arriba como centinela para avisar, para decir: esto está bien, aquello está mal. Eso es el oficio del obispo”.
“Hay un pasaje muy bello del profeta Ezequiel que se refiere a lo mismo. En cierto modo es profético nuestro ministerio, y así nos cuesta. Pero hay que cumplirlo, y alguien lo tiene que hacer y yo, humildemente, trato de hacerlo lo mejor que puedo. Me puedo equivocar, exceder, pero tengo la conciencia de que este es mi deber, y sobre todo en este caso en el que se juega algo muy importante, se juega el futuro de la patria, el de un país como la Argentina, que siempre hemos dicho que es un país mayoritariamente católico. ¡Donde pasan las cosas que pasan y no solo en este plano!”.
La corporación periodística a favor del aborto
Ya en la parte final de sus reflexiones, el arzobispo platense dijo que cree "no cometer una salvajada si digo que la mayoría de la corporación periodística hace campaña a favor del aborto. Una excepción valiosa: los editoriales del diario La Nación", y terminó diciendo: "Es curioso que todos estos periodistas que me maltratan, callan absolutamente todas las declaraciones que hago en materia social. De eso no hablan. Son testigos de que hablé de la cuestión económica, del endeudamiento, la pobreza, la miseria, la falta de trabajo genuino, pero eso lo registran, ni se hacen eco, ni lo publican. Una excepción: el doctor Nelson Castro, que es un hombre inteligente, hace uno o dos años, me invitó a su programa, con gran respeto, precisamente por unas declaraciones que yo había hecho en materia social denunciando la cultura del descarte. Pero por lo general lo que yo digo sobre esa materia no existe. Podría pensar que lo que se quiere, a veces, es desprestigiarlo a uno, como si uno se cortara solo, ningún obispo lo sigue, es un exagerado, un exaltado, o un “salvaje antiaborto”. Creo que es mi deber, y por eso les aviso que voy a seguir con las salvajadas la semana que viene”.+
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