Dolores, preocupaciones y esperanzas en la diócesis de Oberá frente al tema de las drogas
Advirtieron que les duele “el aumento del consumo y adicciones a las drogas en nuestras ciudades, pueblos y colonias” y que “el narconegocio se haya instalado en Argentina con una perversa red de complicidades que lo corrompen todo a su paso”.
Asimismo, manifestaron su preocupación por “la falta de coraje para reconocer la profundidad y gravedad del problema”, “la demora en definir esta problemática como política de estado nacional, provincial y municipal” y “el bajísimo presupuesto que se asigna para la prevención y la asistencia de los adictos”
Monseñor Bitar y el presbiterio dijeron que llenan de esperanza “la creación del Equipo Diocesano de Pastoral de Adicciones”, “la creación en Oberá de un grupo de Autoayuda de alcohólicos y narcóticos anónimos” y “la valentía de tantas madres, padres, sacerdotes y religiosas que denuncian a los mercaderes de la muerte, aún a costa de su propia vida”.
Texto del comunicado
Como pastores de la comunidad católica de la Diócesis de Oberá, deseamos compartir con nuestro pueblo estas reflexiones:
Nos duele…
- El aumento del consumo y adicciones a las drogas en nuestras ciudades, pueblos y colonias…
- Que el narconegocio se haya instalado en Argentina con una perversa red de complicidades que lo corrompen todo a su paso…
- Saber que muchos jóvenes terminan en la droga ante el vacío del alma causado por la ausencia de vínculos familiares, de afecto, de trabajo digno, de esperanza y de proyectos de vida…
- Que no se tome conciencia del tremendo daño que provoca el descontrolado consumo de alcohol...
- La falta de comunidades terapéuticas para asistir a los adictos…
- La falta de coraje para reconocer la profundidad y gravedad del problema…
- La demora en definir esta problemática como política de estado nacional, provincial y municipal…
- El bajísimo presupuesto que se asigna para la prevención y la asistencia de los adictos…
- Que muchos dirigentes y ciudadanos miremos hacia otro lado con un silencio cómplice o desentendiéndonos de un drama que afecta a toda la sociedad…
- Las conductas autodestructivas de muchos jóvenes, víctimas del falso paraíso de las drogas…
- La creación del Equipo Diocesano de Pastoral de Adicciones…
- La creación en Oberá de un grupo de Autoayuda de alcohólicos y narcóticos anónimos…
- La valentía de tantas madres, padres, sacerdotes y religiosas que denuncian a los mercaderes de la muerte, aún a costa de su propia vida…
- La entrega abnegada de muchos docentes, consagrados, dirigentes de instituciones y organizaciones sociales que siembran valores, esperanza y proyectos de vida sanos…
Con el Papa Francisco afirmamos: “No dejemos que nos roben la esperanza, ni que se la arrebaten a nuestros jóvenes. Cuidémonos los unos a los otros. Estemos particularmente cerca de los frágiles y pequeños. Trabajemos por una cultura del encuentro y la solidaridad como base de una revolución moral que sostenga una vida más digna”.+
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