Mons. Arancedo: “El seguimiento de Jesús no es voluntarismo ni algo mágico”
“El seguimiento de Jesús lleva implícito esta renuncia. Cuando lo que moviliza una renuncia es haber encontrado aquello que da sentido a una vida, no se la vive como una negación que limita o reprime sino un camino que nos abre desde nuestra libertad a una plenitud”, sostuvo.
El prelado lamentó que “hoy se ha perdido este sentido positivo de la renuncia, para calificarla como algo que no nos hace bien”, porque al “volver a encontrar el sentido positivo de la renuncia, como el esfuerzo para alcanzar un bien nos hace bien, crecemos desde nuestra libertad”.
“El seguimiento de Jesús no es voluntarismo ni algo mágico, sino presencia de su vida en nosotros”, subrayó, y agregó: “No es posible predicar un seguimiento de Jesús y no tener en cuenta la necesidad de una vida espiritual, de una vida de gracia, que es la que da fuerza y sentido a esa entrega que él nos pide”.
“Este es un aspecto que no siempre se lo tiene en cuenta, parecería que el seguimiento es una decisión de mis fuerzas humanas sin necesidad de una presencia del Espíritu del Señor en nosotros. Sería una lectura incompleta de las enseñanzas y el mensaje del Evangelio. Es hacer del Reino de Dios una utopía humana, o una ideología política junto a otras, en la que se manifiestan aspectos humanos y sociales pero sin la presencia viva del Señor, que es la que le da sentido y da un estilo propio de vida marcada por la caridad”, afirmó.
Por último, monseñor Arancedo indicó que “con san Agustín podríamos decir: ‘dame Señor (como gracia) lo que me pides, y después pídeme lo que quieras’” y consideró es éste es “el secreto de la vida cristiana”.+
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