“Damos gracias a Dios porque algunos de entre nosotros todavía siguen vivos para enterrar y honrar a nuestros muertos. Si nuestros invasores hubiesen continuado por su camino, es probable que no hubiesen dejado a nadie vivo en Nimbo para enterrar a los muertos. Pero gracias a Dios varios habitantes lograron escapar, y algunos de ellos están aquí hoy para dar su último adiós a sus hermanos caídos”.
El obispo invitó a la comunidad al perdón: “aunque es difícil perdonar el ataque violento que nos causó tanto dolor, sabemos que un espíritu que no perdona no tiene paz. Rogamos a Dios que nos de la gracia de perdonar y amar a nuestros enemigos”.
Monseñor Onah también instó a los fieles a “no tener miedo”, pero añade, “¿cómo no tener miedo cuando se extienden rumores de que nuestros atacantes van a volver a nuestras granjas?”.
El prelado nigeriano hizo un llamamiento al gobierno para que garantice la seguridad a los agricultores y afirmó que está en contra de la propuesta que se está debatiendo en el Parlamento Federal de una reserva de pastos para los pastores Fulani en todos los estados de Nigeria.
Según el obispo, “el hombre no vive solamente de la carne”, sino también de los frutos de la tierra, en una clara referencia a la tensión secular entre los pastores nómadas y los agricultores sedentarios que caracterizan a las diferentes regiones de África.
Según monseñor Onah “parece que algunos elementos criminales están utilizando el movimiento de los pastores nómadas como cobertura para atacar a varios pueblos y perpetrar crímenes atroces”.
El obispo hizo hincapié en que esta violencia tiene que parar porque de lo contrario “la sensación de inseguridad podría dar lugar a una escalada de la violencia y al colapso de la ley y del orden” (Fides).+
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