Mons. Frassia celebró una misa junto a las reliquias de Don Orione
Luego, recordó la importancia de hacer el bien porque “acá en la Tierra se amasa lo que vamos a vivir allá en el cielo”, y destacó el valor del amor, no como “una cosa abstracta”, sino como “lo más concreto que hay”.
“Dios nos ama con un amor para siempre, un amor eterno”, afirmó y explicó que “no sólo nos dio la vida, sino también quiso y envió a su Hijo”, quien “da dignidad a nuestra naturaleza humana. No importan las apariencias, no importa las cosas que uno tenga o no tenga, no importa si uno es alto o bajo, si es flaco o gordo, ¡no importa nada! Lo que sí, es que cada persona tiene dignidad y vale ante sus ojos”, aseguró.
Asimismo, el prelado advirtió a que, como dice el Evangelio, “si queremos ser buenas personas, si queremos ser de Cristo, tenemos que amar a Dios y también saber dar la vida por los demás… Sacrificio que quizá algunos no lo entiendan, o que para otros podrá ser una pérdida de tiempo. Hoy, el mundo tiene otro lenguaje pero, sin embargo, es un sacrificio de amor estupendo, extraordinario. Envejecer, cansarse, sufrir, llorar, animar y sostener a otros tiene un valor incalculable”, manifestó.
“Así lo entendió Don Orione y, lo entendió tanto, que hablaba de la caridad infatigable, la caridad de la que no hay que cansarse jamás, porque en la caridad Dios siempre da la fuerza para que uno siga dando”, recordó y agregó: “El amor de Dios no se cansa nunca de nosotros; aunque nos portemos mal, aunque hagamos lío, aunque nos peleemos, lo importante es llevarse bien de nuevo”.
También, admitió que “a veces discutimos, nos enojamos, no comprendemos al otro”, pero aseguró que “Dios tiene un amor que no se cansa jamás y nos pide que hagamos lo mismo”.
“Si alguien dice ‘¡ay, yo no tengo fuerzas!, ¡yo no sé!, ¡no tengo ganas!’, sepamos que en la vida no se viven de ‘las ganas’: hay que hacer lo que hay que hacer, hay que ‘poner el pecho’, hay que rezar un Ave María ¡y adelante!, como decía Don Orione”, aseveró.
Mons. Frassia aseguró que “así, Dios nos va regalando las gotitas de amor, hoy simbolizadas en su sangre que pasa por el corazón y es la vida, por eso decimos que el corazón es lo más íntimo del ser humano”.
“¿Es posible vivir bien, como hijos de Dios?, ¿es posible tratarse como hermanos?”, cuestionó y respondió: “¡Sí!, el mundo quizás no sepa esto ¿y por qué no lo saben? Porque están tristes, ¿por qué están tristes? Porque podrán tener un montón de cosas pero no llenan el corazón”, aseguró.
Y continuó: “En cambio, quizás nosotros tengamos muy pocas cosas ¡pero el corazón está lleno!, porque está Dios, porque están ustedes, porque estamos nosotros, porque decimos que en la Iglesia nos necesitamos, todos somos importantes y tenemos que estar unidos por el Espíritu Santo”.
Finalmente, agradeció a Dios, quien “nos ama y no nos deja solos”. Y expresó que “la Iglesia nos necesita, la Iglesia necesita a las Hermanas, a los sacerdotes, también a los obispos. La Iglesia necesita a los cristianos para que cada uno haga lo que tiene que hacer en la vida. Nos necesitamos porque contamos con el amor de Dios”.
“Hoy, le pedimos a san Luis Orione que nos dé fuerzas, para tener mucha confianza en el amor misericordioso de Dios y para que, si alguno esté con tristeza, se vaya esa tristeza y esté contento, porque Dios está con nosotros, nos ama y nos da fuerzas”, concluyó.
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