Su charla fue amena y con rasgos de buen humor, en la que hizo un repaso de historias, anécdotas y vivencias de su vida profesional como médico y como profesor universitario. Además ejemplificó con hechos concretos de la vida cotidiana cómo se manifiesta en los seres humanos la dignidad.
Respecto a su disertación sobre la dignidad dijo: ”la dignidad no es otra cosa que el valor que tiene la persona humana, es una palabra que hemos inventado precisamente para referirnos a eso. Entonces digamos que cada uno de nosotros tiene una dignidad, es decir un valor inmenso y la razón principal de ese valor es que Dios nos ama mucho, Dios nos ama mucho por eso, porque somos obra suya y más que eso porque somos sus hijos”.
Consultado sobre su visión acerca del congreso eucarístico que se estaba desarrollando, manifestó: “El mensaje que tengo que daros, es que este tesoro que me han demostrado que tienen ustedes tienen que repartirlo. Quienes participan en este Congreso Eucarístico tienen que marcharse con unas ganas muy fuertes de transmitir a otros la felicidad, la alegría que hemos encontrado aquí”.+
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