Como cada año, la jornada estuvo organizada por la Junta Diocesana de Catequesis, y participaron catequistas, servidores y organizadores, acompañados por los sacerdotes de sus comunidades. En horas de la mañana tuvieron la presencia del obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc.
Las actividades comenzaron a las 8 con la acreditación y el desayuno, seguido de un espectáculo a cargo del grupo Yanai. Luego, el presbítero Julio Murúa, coordinador de la Junta Diocesana de Catequesis, presidió un momento de adoración eucarística y alabanza.
A las 10, el presbítero César Nápoli, director de catequesis de la diócesis de Morón, disertó acerca de la tarea del catequista, quien “tiene como primer músculo el corazón, que no puede parar de bombear el amor de Dios, y como segundo músculo las piernas. Así, entre el bombear del corazón y el andar de las piernas deben salir al encuentro de los hermanos”.
La misa fue presidida por monseñor Urbanc, quien agradeció la tarea de los catequistas, y aseguró que deben ser “testigos de Jesús y estar atentos, y pedir al Espíritu Santo los dones de Piedad y Santo Temor de Dios”. Los padres Murúa y Nápoli oficiaron de concelebrantes, mientras los demás sacerdotes administraban el sacramento de la confesión. Las actividades culminaron cerca de las 20.+
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