La catequesis es hoy una prioridad de la Iglesia, dijo Mons. Aguer
“Hoy -comenzó diciendo- quiero dedicar esta conversación semanal que mantengo con ustedes para hablar del catequista, de la catequesis, del catecismo, porque mañana, 21 de agosto, es el Día del Catequista, en ocasión de la memoria litúrgica del papa San Pío X, quien a comienzos del siglo XX le dio un impulso extraordinario a la catequesis. Es muy conocido, sobre todo, porque él insistió en que la catequesis debe comenzar temprano, y que la Primera Comunión que solía dejarse para niños de más de 12 años debía adelantarse a los niños desde los 7 años, un poco antes inclusive”.
“Por eso, a partir de las intervenciones de San Pío X, se desarrolló en la Iglesia una notable acción catequística. Y lo mismo después del Concilio Vaticano II y hoy existe en todas partes un importante movimiento catequístico”.
Cómo funciona la catequesis en la arquidiócesis de La Plata
Seguidamente monseñor Aguer explicó que en la arquidiócesis de La Plata la catequesis de los niños comienza desde los siete años, y si es posible, antes de esa edad, y “se desarrolla en un trienio. Al cabo del primer año los chicos reciben el sacramento de la Reconciliación que es, como decían los antiguos Padres de la Iglesia, ‘Penitencia Segunda’, pues la Penitencia Primera es el Bautismo, que perdona los pecados. La penitencia segunda es el perdón de los pecados en el sacramento de la Confesión. Al terminar el segundo año los chicos reciben la Confirmación, el sello del Espíritu Santo que completa la iniciación bautismal, y al cabo del tercer año se recibe la Primera Comunión”.
Como en otras diócesis o parroquias la Confirmación es a los 15 o 16 años, el prelado platense dijo que “en La Plata no es así porque consideramos que en los niños debe darse una analogía con lo que ocurre con los adultos en la iniciación cristiana. Por eso el orden es Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Y es así porque sólo el cristiano plenamente formado por el Espíritu Santo en la Confirmación, que completa el Bautismo, puede participar de la asamblea eucarística. En ese trienio se trata de lograr que los niños no solo cumplan con lo que llamo, maliciosamente, el mito de la Única Comunión. Digo la única porque después no aparecen más, tratamos de que se inserten algunos, los más posibles, en la comunidad parroquial, en la capilla de su barrio y que todos los domingo vayan a misa”.
“Ocuparse de la catequesis -afirmó arzobispo- hoy es una prioridad de la Iglesia. Para cumplir con ella necesitamos formar muchos y buenos catequistas”, y agregó: “El catequista lo que tiene que hacer es ayudar a los niños y sus familias, pienso sobre todo en la catequesis de niños si bien hay también catequesis de adultos, a que reconozcan la realidad del Bautismo y asuman la enseñanza de Jesús como la Verdad. Y no sólo que lo asuman en la inteligencia sino con la vida porque: ¿cómo se cambia una sociedad? Una manera es si los cristianos, imbuidos de ese amor al Señor, con las cosas bien claras porque conocen la verdad, se dedican a difundir esa verdad y a mostrar con el testimonio de su vida que ser cristiano es lo que nos hace más humanos”.+
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