Pasadas las 16, la principal calle comercial estaba prácticamente desierta y los negocios cerrados. Desde las 17 ya se va viendo algo más de movimiento de vehículos y de gente por las calles céntricas.
Un muchacho en jean y zapatillas se acerca hacia el atrio de la Catedral, luciendo una remera azul que dice "Coro La Alegría de Romina". Lleva una guitarra eléctrica y a esta hora empezará a ensayar con el grupo "enganchadas de alabanza" que luego entonarán en la procesión, a partir de las 18.
¿Por qué se llama el coro La alegría de Romina? Por una chica que integraba ese coro y hace unos años murió durante la peregrinación al Señor de Mailín.
El coro funciona en la capilla San Pantaleón, de la parroquia Buen Pastor, en el barrio Belgrano de esta ciudad capital de la provincia. José Coronel, el muchacho de la remera azul, estudia inglés,tiene 21 años y es el más joven de ese conjunto, que un rato después empieza a ensayar sus canciones.
Poco antes de las 17, la Catedral presentaba un espacio fresco en la calurosa tarde santiagueña. No porque tenga aire acondicionado sino por la altura de sus espacios y el grosor de sus muros. Fue la catedral sede de la primera diócesis en el actual territorio argentino, creada por San Pío V en 1578. Bien es cierto que hubo más de un templo, al deteriorarse algunos por distintos motivos. El edificio actual es de 1877. Se construyó con el entusiasta impulso del gobernador Manuel Taboada y se terminó en 1877. Desde 1953 es monumento histórico nacional.
Esta tarde confluirán en ese templo las veneradas imágenes de la Virgen en sus advocaciones de Sumampa, de Huachana y de Loreto, así como la Cruz de Matará. Y pasadas las 20, llegará la imagen del Señor de Mailín. Luego, a las 21, se celebrará la Santa Misa en la iglesia matriz.
Mientras tanto, los jóvenes, tras haber recorrido varias iglesias participarán de una vigilia artística hasta las 24 en la plazoleta que evoca al que fuera obispo de Santiago del Estero, Monseñor Gerardo Sueldo, desde 1994 hasta su fallecimiento en un accidente automovilístico en septiembre de 1998.
Dentro de la Catedral, entre las personas que estaban antes de la media tarde vimos a varias señoras que venían en un ómnibus organizado por la Santa Casa de Ejercicios que fundó Mama Antula hace más de dos siglos y que aún continúa su labor de ejercicios espirituales en la avenida Independencia de la ciudad de Buenos Aires.
Auras Aguirre, docente de arte, envuelta en un chal y con un rosario en la mano, destaca la impronta jesuítica en la formación de María Antonia. Y dice que ella también se reconoce en esa impronta, ya que aprendió mucho de los jesuitas de Chile, como el padre Carlos Aldunate. A su lado, Cristina Sánchez, también docente, con un rosario blanco al cuello, comenta que además vinieron otros tres ómnibus de lugares donde ejercen su apostolado las seguidoras de Mama Antula, uno de ellos de Liniers (la beata difundió la devoción a San Cayetano). Como signo de una renovación generacional, con estas docentes está un muchacho de 18 años, Juan, estudiante de psicología.
El acto de beatificación se realizará mañana, a las 11, en una misa que presidirá el legado papal, cardenal Angelo Amato, en el parque Aguirre, un gran espacio abierto.
El jueves hubo un acto oficial en el cual, el obispo de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic, dijo que "Dios es el santo que participa de su santidad a hombres y mujeres, todos tenemos la vocación a ser santos y Mama Antula era un material dispuesto para acompañar la acción de Dios".
Ese acto se realizó en el Centro Cultural del Bicentenario y en él la gobernadora de la provincia, doctora Claudia de Zamora, dijo que "Mama Antula es un ejemplo de que nada en la vida debe desalentarnos". (Enviado especial Jorge Rouillon)
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